Sí, aunque les parezca raro. El Comité de Empresa de la Sociedad General de Autores de España (SGAE) denunciaba la primera semana de julio el "régimen de terror" en el que se encontraban los trabajadores. El día 9 la FES-UGT de Sevilla había distribuido una carta pública al Consejo de Administración de esa entidad en el mismo sentido que el Comité de Empresa. En ella se mencionaba a Cristina Hoyos, junto a otros, y no salía bien parada.
Luis Ángel Lozano, compañero de la Hoyos en la dirección de la SGAE y su Fundación y más cercano aún a la "Trajana" de Sevilla por ocupar la Dirección de la SGAE en Andalucía, Ceuta y Melilla, llegó despidiendo a seis trabajadores. Pero pinchó en hueso. Despidió a Ana Sosa, una trabajadora -feminista él - por llevar minifalda. "Esta compañera no es la primera vez que soporta la conducta y el proceder de este sr., ya intentó despedirla anteriormente. En aquella ocasión argumentó que "vestía una minifalda y esa no era la imagen de la SGAE", pero no consiguió su propósito. El caso llegó a los medios de comunicación y se vio obligada a intervenir la Gerente de Recursos Humanos, Dª Estrella Pérez, por lo que hubo que readmitirla y pedirle perdón. Eso nunca se lo perdonó el Sr. Lozano, a A.S. así como el que posteriormente esta acudiera como testigo del acoso al que fue sometido A.A., otra de las víctimas del Sr. Lozano".
¡Qué progresista todo! ¿No es cierto?
Sigue la UGT contando que "A A.A. le quitaron todo el trabajo que tenía encomendado y lo metieron en un almacén donde no tenía ni silla ni mesa, tenía como tal unas cajas de cartón. A.A. cayó en una profunda depresión de la que después de 5 años no se ha recobrado totalmente. Esta situación le obligó a presentar demanda contra la SGAE por acoso. En la actualidad AA. no se encuentra trabajando para la SGAE, ya que fue despedido aprovechando su situación de baja laboral y la profunda depresión en la que estaba sumido".
Y culminaba la UGT de Sevilla su reflexión: "Nos preguntamos cómo una empresa como ésta, que en teoría debe ser progresista, reprime a los trabajadores de esta manera tan brutal. También nos preguntamos cómo puede ser permitido este tipo de actos por su Consejo de Administración, compuesto por personas de reconocido valor humano y prestigio, al menos así nos lo han hecho creer mediante su trayectoria pública, como pueden ser su presidente Eduardo (Teddi) Bautista, Ana Diosdado, Cristina Hoyos, Salvador Távora, Rosa León, Ramoncín y un largo etcétera de personas queridas y estimadas por todos".
La carta la firmaba la Secretaría de Salud Laboral, de la Federación de Servicios de Sevilla de Unión General de Trabajadores, UGT.
Pero el afán disciplinario y coercitivo de la SGAE andaluza acababa de empezar con el silencio próximo e inexplicable de Cristina Hoyos. En 2009, se ha visto cómo el Ayuntamiento de Fuenteovejuna (Córdoba) se sumaba al de Zalamea de la Serena (Badajoz) contra la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). Sus regidores, del PP y el PSOE respectivamente, consideraron injusto que se les cobren derechos de autor por la representación que hacen sus vecinos en verano de dos obras del teatro barroco español: "El alcalde de Zalamea", de Calderón, y "Fuenteovejuna", de Lope de Vega. Los alcaldes acusan a la sociedad de autores de cometer un "atraco" por querer cobrarles. Y la SGAE se defendió diciendo que sólo aplicaba lo que estableció la Ley de Propiedad Intelectual para las adaptaciones.
Antes, se fraguó el llamativo caso del Carnaval de Cádiz, una pieza magistral del arte popular que siempre fue de propiedad de todos. Pero no. Los socialistas, comunistas y progres que inspiran las razzias de la SGAE, escandalizados ante el colectivismo que sí predican para el resto de los productos de la sociedad, clamaron al cielo y se rasgaron las vestiduras para reintroducir en Cádiz el espíritu de la propiedad privada. Esto es, apuntarse a la SGAE para cobrar individualmente derechos de autor. La Hoyos guardó y guarda silencio ante este ataque al socialismo espontáneo y popular gaditano.
Luego vino el caso de Zaidín, un barrio granadino que cuenta con un festival de rock. La SGAE se les tiró al cuello para que abonasen los derechos de autor de las ediciones 2007, 2008 y 2009 pero consideraron que la reclamación era un "robo" y se negaron a pagar la cantidad que les exigían, que podría rondar los 15.000 euros.
Pero Lozano Iglesias, con el silencio de la Trajana, sigue adelante. Ya contaba con participación en el negocio porque éste no parece cundir mucho:
LOZANO IGLESIAS, LUIS ÁNGEL (ADMINISTRADOR-CARGO)
REGISTRO MERCANTIL DE SEVILLA
DENOMINACIÓN SOCIAL CIF
DOBLAJES SEVILLANOS SA A41613225
Los adversarios del famoso canon preventivo de la SGAE decían en su propaganda: "...Es como un cuento perverso en el que los poetas atracan a su pueblo, los cantantes llaman piratas o pendejos electrónicos a los ciudadanos honestos, los músicos cambian sus instrumentos por calculadoras y a los autores les inspira la letra de las leyes y de los reglamentos para aplicar tasas. Una verdadera pesadilla, para salir de la cual basta con abrir los ojos y no dejarse engañar".