LD (V.Gago) El diario pro-gubernamental describe al responsable del programa electoral del PP rodeado de libros en inglés en su despacho de la sede del PP en la madrileña calle de Génova. Uno de esos libros es de John Rawls, uno de los más eminentes teóricos de la socialdemocracia y del "liberalismo"–en la acepción socialista o colectivista que tiene en el mundo anglosajón–.
El autor de la entrevista, el periodista hispano-argentino Ernesto Ekaizer, resume la tesis de Political Liberalism, el libro de Rawls que Costa está leyendo, con una frase quimérica.
Para Rawls, ilustra El País, "la justicia es compatible con una concepción liberal del papel de la justicia".
La idea merecería una entrevista hermenéutica y monográfica, pero la conversación entre Costa y su interlocutor oficialista baja a la arena de la realidad, o al menos, eso es lo que El País intenta, y no siempre resulta correspondido.
El tema de Irak, una fijación para el diario pro-gubernamental, se pone enseguida sobre la mesa, después de cuatro preguntas de aliño sobre una especialidad de Juan Costa: la economía virtual, teórica o de gabinete.
El pensador del programa del PP intenta situar el peliagudo asunto en el plano del pasado, dentro de esa dialéctica elemental pasado-futuro con la que el PP ha construido los materiales didácticos de una campaña concebida en términos de paideia, es decir, de formación o instrucción de la infancia.
Hablar de Irak a preguntas de El País, opina Costa, no es en estos momentos "una cuestión. Creo", dice como con alivio, "que lo importante es que al final acabó la pasada legislatura, los ciudadanos españoles hicieron su valoración política y nosotros no ganamos las elecciones".
Su entrevistador prueba suerte –"intuyo que usted no la apoyó [la participación en la reconstrucción de Irak] con mucho entusiasmo"–:
"A usted le gusta hacer muchas intuiciones", le amonesta tiernamente Costa, que luego lo compensará con: "Usted tiene una capacidad de interpretación muy notable".
"Yo creo", dice el director del programa del PP, "que la posición política del Gobierno de José María Aznar fue asumida en un momento concreto, en un contexto concreto. No creo que sea justo que todo el peso de la valoración política de una posición política recaiga en la estética de las imágenes, tampoco creo que eso sea justo. En cualquier caso, yo creo que lo importante hoy es el ser conscientes".
Esa frase con final abierto –"lo importante hoy es el ser conscientes"... ¿de qué?–, brinda a El País la oportunidad de rellenar los puntos suspensivos.
"¿Por la foto de Las Azores?", le pregunta Ekaizer. A estas alturas, la entrevista se aproxima a los momentos cimeros del género del diálogo de besugos.
"Usted tiene una capacidad de interpretación muy notable, saque las conclusiones que considere oportunas".
Ahí queda eso. Incluso Rajoy se permitió recientemente, en otro medio del grupo PRISA, canal Cuatro de televisión, ser más franco que Costa al asimilarse lúbricamente a la doctrina del PSOE y de su constelación de medios de que la Guerra de Irak fue ilegal. Rajoy lo hizo en un contexto de intimidación por la revelación de las llamadas Actas de Crawford que, supuestamente, recogen las conversaciones de Aznar y Bush en febrero de 2003. Aquel documento suministrado por el Gobierno a El País ha alertado a la diplomacia internacional sobre cómo se las gasta España aireando confidencias de otros jefes de Estado.
Pero el presidente del PP, en vez de recordar que todo el mundo, incluido Rodríguez Zapatero –véanse las actas del Congreso de los Diputados–, estaba convencido de que Saddam Hussein guardaba armas de destrucción masiva; en vez de señalar que había una resolución clara de la ONU advirtiendo al tirano de las consecuencias a las que se exponía si no rendía cuentas de sus arsenales a los inspectores internacionales; en lugar de constatar el hecho palmario de que España no estuvo en la guerra de Irak y sí en su reconstrucción, junto a más de 50 países, ... a cambio de pasar página sobre éstas y otras evidencias y mirar al futuro, Rajoy y el PP hicieron suya al fin la propaganda del PSOE y de los medios de comunicación que la pregonan, entre otros, el grupo Prisa en bloque.
El director del programa electoral del PP demuestra sentirse particularmente cómodo en esa doctrina de asimilación. Lo importante ahora, dice, es "la cooperación internacional", los "consensos internacionales" y "el diálogo" para reconstruir Irak.
En otro tramo de la entrevista de este jueves en El País, Juan Costa tiene ocasión de explayarse sobre el cambio climático, que considera "el desafío más global". La otra parte no se olvida de recordarle las célebres declaraciones de Mariano Rajoy sobre su primo el físico.
"Yo sé cuál es la sensibilidad y la preocupación de Mariano Rajoy", responde Costa. "Creo honestamente que las declaraciones de Rajoy, que por otra parte él ha dicho que no fueron las correctas, creo que no se interpretaron en el contexto adecuado. Todos somos importantes en esta batalla pero de la misma manera que eso es importante lo que no se debe o no es saceptable es el catastrofismo, trasladar mensajes que no son correctos o son inexactos, porque eso le hace a medio plazo un daño tremendo a la posibilidad de concienciación del conjunto de la sociedad y desacredita incluso posiciones sobre un fenómeno que probablemente es la amenaza más global que tiene nuestro planeta. El desafío más global es éste, la lucha contra el cambio climático".
El 11-M, al igual que Irak, no falla en una entrevista llena de armas arrojadizas y hambre de cizaña. "¿Hay un antes y un después con la sentencia...?"
"Si me lo permite y con todos mis respetos sobre esa cuestión", señala Costa, "yo me remito a las declaraciones que ha hecho Mariano Rajoy. Vamos a trabajar en el futuro".
No podía faltar el lema de la campaña.