(Libertad Digital) La primera mujer de Francisco Correa, María Antonia Puerto Guzmán, envía al director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, una carta estremecedora. Cuenta la ex mujer del presunto cerebro de la supuesta trama de corrupción que afecta a cargos del PP que "me hubiera gustado seguir al margen -lleva 19 años separada de Correa- si no fuera porque en un artículo -de El mundo- se hace mención al hijo que murió y ese hijo es mío".
Sobre las referencias a su hijo, Puerto Guzmán ha querido hacer dos aclaraciones. La primera que "mi hijo murió con 13 años, no con 11 años como parece olvida su padre biológico". Y, la segunda, que "mi hijo nació con una enfermedad congénita, exactamente Fibrosis Quística... a mi hijo, cuando nació, le pronosticaron un año de vida, vivió 13 años". Sin embargo, "durante todos esos años, su padre, Francisco Correa Sánchez, no quiso ocuparse un solo segundo de su hijo":
"No voy a consentir que este hombre vuelva a dar pena ni fuera ni dentro de la cárcel como al parecer ha hecho todo estos años", continúa su ex mujer, que explica que "él nunca quiso aceptar su enfermedad". Sus palabras más comunes eran: "Para vivir así, mejor que...".
Por ello, Puerto Guzmán advierte que no admitirá "escuchar o leer que a su padre le produjo la más mínima tristeza su muerte". "Mi hijo murió en 1996, una persona que pierde lo que más quiere en esta vida no tiene ánimo de dedicarse a hacer esa gran fortuna, yo estuve con una depresión profunda durante cinco años y por ello dejé hasta mi trabajo, no podía resistir su falta, no así él, que aprovechó bien el momento para hacerse con dinero y en cuanto su hijo murió, no dudó en aceptar el importe de la mitad de la casa donde vivíamos su hijo y yo, y que todavía estoy pagando, no le remordió para nada coger ese dinero después de no haberse ocupado de su hijo enfermo durante trece años", argumenta.
La ex mujer de Correa concluye: "si se tiene que mencionar la figura de mi hijo quiero que sea así, como un niño que luchó mucho por vivir y sufrió mucho porque su padre, Francisco Correa Sánchez, lo tenía totalmente olvidado".