Dispuestos al diálogo, pero pesimistas. Así se encuentran en la sede nacional del Partido Popular a cinco días para que el Consejo de Ministros apruebe, sin el aval de sindicatos y patronal, la reforma laboral. Para empezar, a los populares les parece "inconcebible" que un tema capital como este se vaya a discutir con los grupos sólo horas antes de que expire el plazo impuesto por el propio Gobierno.
Según ha informado el responsable de Economía de los populares, Cristóbal Montoro, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, le ha citado para el próximo martes, un día antes de ser aprobado por decreto. Para entonces, el dirigente popular espera del Ejecutivo algo más que las líneas generales de la propuesta, que fue lo único que le remitió ayer el citado ministro, en la que fue la primera toma de contacto.
"Si lo que pretenden es darnos el papelito y que nosotros digamos sí con los ojos cerrados se equivocan, tenemos que estudiar la propuestas, y si no da tiempo la culpa será del Gobierno", aseguran fuentes autorizadas de la dirección nacional, que lamentan que, para variar, el PP haya sido el último de la cola para el Ejecutivo.
Dicho esto, en Génova no descartan que se vuelva a producir una nueva comunicación entre el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, en línea a la mantenida a primeros de semana. "Rajoy siempre está dispuesto a hablar, a dialogar, por el bien del país", aseguran, para acto y seguido insistir en que "el tiempo se ha acabado" y ahora es el momento "de concreciones y documentos".
Con este panorama, el líder del PP, en la inauguración de un congreso regional en Ciudad Real, fijó las que, a su juicio, son las claves de la negociación: mejorar la contratación indefinida, establecer una nueva negociación colectiva y favorecer el acceso de los jóvenes al mercado de trabajo. Según fuentes consultadas, existen diferencias "importantes" en los dos primeros puntos.
"Nosotros queremos hablar, estamos dispuestos hablar, pero queremos hablar de cosas concretas, no queremos una conversación que sólo sirva para que luego puedan decir que han tenido una conversación con nosotros", continuó, para después dejar claro que lo que quieren son "propuestas y papeles" y no "prepotencia y arrogancia" por parte de los socialistas.