Francisco Camps se ha convertido en el gran protagonista de la reunión convocada por Mariano Rajoy con sus barones para fijar una postura común ante “el decretazo del Gobierno” y anunciar que el PP bajará el sueldo de sus políticos en la misma cuantía que el Ejecutivo socialista.
El barón valenciano se hacía notar desde primera hora, cuando ordenó a su chofer que le dejara a unos metros de la entrada de la sede nacional del partido, y no la misma puerta. El objetivo: hacer el paseillo, muy sonriente, ante los muchos medios de comunicación que le esperaban en la madrileña calle Génova.
Unos minutos que aprovechó, sin perder la sonrisa, para dejar claro que está “tranquilo” y que no había venido hasta Madrid para hablar de su futuro político, sino para criticar el recorte presupuestario del Gobierno.
Las explicaciones sobre los movimientos, como la creación de un comité electoral, que hacían presagiar un adelanto electoral en la comunidad se las reservaba a Rajoy. “Serán en mayo de 2011”, le prometió, según fuentes consultadas por Libertad Digital.
Camps fue más allá, y usó su turno de palabra -todos los presidentes y líderes regionales dieron su opinión sobre la situación del país- para adular a su líder. “Estuvo en su tónica, pasteloso como siempre”, explica un compañero de partido.
De lo que no hablaron, según estas mismas fuentes, es del acto de proclamación que tiene previsto celebrar, previsiblemente, en el coso taurino de valencia. Su objetivo es que Rajoy le acompañe de la mano. En Génova no quieren ni pensarlo y arguyen que tanto este evento como “el ruido” de anticipadas responden a una estrategia “perfectamente diseñada” para blindarse en el puesto independientemente de lo que diga el Tribunal Superior de Justicia de Valencia.