Presentación de Alicia Sánchez Camacho en Madrid como candidata del PP a las elecciones catalanas. Ante la cúpula nacional de su formación y presentada por Mariano Rajoy, la presidenta regional se ha marcado cuatro objetivos urgentes y ha desgranado los puntos cardinales de su proyecto político.
El primero de esos cuatro retos, según afirmó, es el de la "defensa de los valores de una sociedad plural y diversa". Sánchez Camacho se mostró "convencida" de que vivimos inmersos "no sólo en una crisis económica sino también institucional", y puso como ejemplo los "límites lingüísticos" llevados acabo por el Tripartito catalán.
"Estamos orgullosos de nuestra lengua catalana, pero también del español", recalcó, para acto y seguido pasar al "segundo reto"; el de "la libertad". En este sentido, destacó la prohibición de las corridas de toros o la nueva Ley del Cine como patrones de los recortes a los que José Montilla somete a Cataluña.
"Trabajar por la Cataluña que los catalanes quieren" que es "la de los emprendedores" es el tercer de los objetivos de la candidata popular, que recalcó que "el éxito de Cataluña depende del éxito de España" y viceversa.
Y por último, y no menos apremiante, el cuarto desafío: la recuperación económica. "Montilla deja una de las operes herencias económicas, la huella del Tripartito será difícil de borrar, hemos conseguido los peores resultados económicos de nuestra historia democrática".
La alternativa del PP
Un negro panorama para el cual Sánchez Camacho presenta su "alternativa": un plan de austeridad, una reforma para bajar los impuestos, menos déficit y menos duda y un proyecto para impulsar "las infraestructuras que han supuesto el mayor desarrollo en Cataluña".
"El PP, el partido de la recuperación económica, quiere aportar el sentido común y el equilibro que requiere Cataluña", proclamó, para a renglón seguido rematar: "mi reto personal y político es protagonizar un proyecto económico pero también un proyecto político que traiga una Cataluña en libertad".
Mas quiere ser Ibarretxe
Puesta la base de su argumentario, llegó el momento de las preguntas. La casi totalidad referidas a un más que previsible acuerdo con CiU para propiciar el cambio político en la región. Sánchez Camacho matizaba: "el PP está en una gran dificultad" porque el partido de Artur Mas dice que quiere "la independencia".
Ahora bien, Sánchez Camacho hace de la necesidad virtud: "Mas quiere convertirse en el próximo Ibarretxe" y "el PP es el único que le puede controlar, que puede controlar el nacionalismo radical".
Así pues, abierta la puerta de los pactos, pone un requisito más. El PPC no quiere ser como el vasco, que elevó a Patxi López a presidente sin entrar en el Gobierno, sino que quiere carteras.
"Ha llegado el momento en el que legítimamente tenemos derecho de formar parte de un gobierno catalán", sentenció, en una concurridísima rueda de prensa en la que, en otros, se han dejado caer el presidente fundador del PP, Manuel Fraga; la secretaria general, María Dolores de Cospedal; los portavoces Soraya Sáenz de Santamaría y Píos García Escudero; o el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón.
Según avanzó en su día Libertad Digital, populares y nacionalistas catalanes ya se han sentado a negociar de cara a favorecer el cambio político en Cataluña. Y es que, recuerdan las fuentes consultadas, con los sondeos en la mano CiU les necesita para gobernar. El peor de los escenarios para Sánchez Camacho es que Mas logren una mayoría absoluta favorecido por el "voto útil" de aquellos que le votan única y exclusivamente para desterrar al Tripartito.