“Han sido muy cariñosos y muy amables”, decía José Bono a su salida de la reunión de grupo parlamentario socialista a primera hora de la mañana. El presidente del Congreso no quería responder sin embargo a si ha dado o no explicaciones sobre su patrimonio. Y eso es precisamente lo que hacía a puerta cerrada con los suyos. Veinte minutos de intervención que, según fuentes socialistas consultadas por Libertad Digital, se han limitado a insistir en que existe una campaña contra él y en dar las gracias a todos por el apoyo recibido en las últimas semanas. Ni una palabra sobre su incremento patrimonial.
Fuentes socialistas apuntaron, informa elmundo.es, que Bono abundó en las teorías sobre una conspiración contra él ante las informaciones de su patrimonio. Lejos de explicaciones concretas, el presidente del Congreso alegó que se meten con él "por ser cristiano y socialista" e insistió en que eso es lo que no le perdona un sector de "la derecha más extrema". Cuentan que llegó a decir "me importa más la solidaridad, que la bragueta". "Si el franquismo no pudo conmigo, tampoco podrán estos ahora", también apuntó ante sus compañeros, que recibieron sus excusas con ovaciones.
Así, el presidente de la cámara ha recibido el apoyo de todos, sin excepción. No ha habido un solo parlamentario que le haya pedido explicaciones. Ni tan siquiera han tomado la palabra para responder o matizar. Tras una larga ovación cerrada, muchos de ellos en pie, Bono ha salido de la sala.
La falta de explicaciones ha satisfecho a casi todos. “El señor Bono no solamente nos ha convencido sino que estamos incondicionalmente con él”, decía Álvaro Cuesta. “Es una indecencia de la derecha española que quiere tapar sus vergüenzas con la calumnia y con la indignidad”.
“¿Se puede salir?, reclamaba molesto el secretario general del grupo socialista, Eduardo Madina, sin contestar a las preguntas de los periodistas. Un cierre de filas en toda regla que también evidenciaban las palabras de Rafael Simancas. “Ha sido bastante razonable y transparente y nos ha convencido a todos”.
Aunque otros reconocían que no ha habido ningún tipo de justificación o explicación. “No ha venido a darnos explicaciones, sino a darnos las gracias, no hay que explicar nada” decía el ex ministro Mariano Fernández Bermejo. “La cosa esta muy clara: insidias de alguien que tiene el mayor caso de corrupción de la democracia y está intentando que salpique. Les da igual a quien”.
Otros como Manuel de la Rocha, de Izquierda Socialista, se dirigían directamente a Mariano Rajoy. “Es una vergüenza que el señor Rajoy, al que Bono se ha dirigido por escrito dándole todo tipo de explicaciones, esté permitiendo que, tanto la portavoz parlamentaria Soraya Sáenz de Santamaría como la señora Cospedal, sigan entrando en ese tema”. Una estrategia de la derecha, explicaba De la Rocha, que ha calificado como la “mancha del calamar” que sirve “para dispersar el tema Gürtel”.
“¿Qué les ha explicado?” le preguntaban los periodistas. “Pues lo que ha explicado ante los medios”. “¿Pero les ha contado su patrimonio? No, no, eso no.