Preguntado por la periodista Esther Esteban sobre la posibilidad de emprender una reforma electoral, el presidente del Congreso, José Bono, se muestra partidario pero apunta que no debería tener como objetivo "castigar a los nacionalistas o beneficiar a los comunistas, sino acercar a electores y elegidos". "Sería conveniente que las cúpulas de los partidos redujeran el poder que tienen en materia electoral, que no es poco", añade.
A su juicio, "para ser diputado, debería ser más eficaz llevarse bien con quien vota las candidaturas que con quien las confecciona", lo que contribuiría de paso a "prestigiar" a la clase política. Bono cree que habría que ir más allá de las listas abiertas, que la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), vigente desde 1985, aplica ya a la elección de los senadores.
Plantea combinar listas nacionales con distritos en los que se elija a un solo diputado -uninominales-, como ocurre en el Reino Unido, con el fin de establecer un mayor vínculo entre el votante y el diputado. No obstante, abre la puerta a cualquier otro sistema que otorgue "más autonomía a los electos".
"¡Bastante poder tienen ya los partidos políticos como para que, además, sean propietarios de las actas de sus diputados y concejales!", exclama después cuando la periodista de El Mundo le pregunta por la posibilidad de que los corruptos se aprovechen de esa situación para no entregar sus actas al partido.
El presidente del Congreso defiende también que se reforme la Constitución "cuanto antes" para resolver el asunto de la discriminación hacia la mujer en la sucesión de la Corona. Considera que sería posible acometer este cambio en la presente legislatura, "siempre que no abriera un debate sobre la forma de Estado". "Mi miedo es que, en vez de resolver problemas que tenemos, nos dediquemos a buscar problemas donde no los hay", apunta.
Respecto al Estatuto de Cataluña, admite que "una sentencia tardía no es positiva", aunque el Estado de derecho "no se pone en peligro por un retraso", y pide que "el árbitro debe ser respetado", en alusión al Tribunal Constitucional, en un discurso similar al que pronunció en el Día de la Constitución en el Congreso.
Bono proclama que él defiende que "la igualdad de todos los españoles es más importante que la autonomía de los territorios" y añade después que "así lo entienden los socialistas", pese a que ha sido precisamente su partido el impulsor de un texto que establecerá, si lo declara constitucional el TC, precisamente lo contrario.
También se pronuncia sobre un tema espinoso, el del aborto, para defender que pese a su proclamada condición de católico diera su apoyo a la nueva ley. El presidente del Congreso, que confiesa que ha comulgado tras votar, alega que "hay un sector de la Iglesia que no acepta que haya cristianos que seamos o votemos socialista". "Aspiro a compatibilizar mi fe y mis ideas", dice después. Para Bono, según explica, este texto, criticado por laicos y cristianos, "es más limitativa que la actual". Y apunta, sobre las críticas que le ha dedicado, entre otros, Pedro J., que "anda algo distraído en materia de teología moral".