En un acto totalitario, guerracivilista y de exaltación a Garzón en la Complutense, los sindicatos, que no han defendido tanto a los millones de parados, han mostrado al juez como víctima de una persecución. Un acto inédito contra la democracia y la Constitución, que proclama que todos los ciudadanos son iguales ante la ley, y un ataque sin precedentes al Supremo al que intentan intimidar para que Garzón se libre de la acción de la justicia. La camarilla de apoyo a Garzón –espoleada en El País– ha dado un salto cualitativo intentando amedrentar a los jueces que procesan a Baltasar Garzón.
Ante un mural gigante en el que aparecía la cara de Garzón y los emblemas de los sindicatos UGT y CCOO, el rector de la Universidad Complutense de Madrid, Carlos Berzosa ha exaltado la figura del juez estrella del que ha llegado a decir que "es un ejemplo de integridad, honestidad y decencia".
Ante un público entregado, Berzosa ha defendido este "acto pacífico" donde, en su opinión, "tenemos derecho a defender la libertad de expresión y reunión". "Parece que vamos hacia atrás", espetó. Sin embargo, las alabanzas a un magistrado que tiene tres causas pendientes en el Supremo no han parado en toda su alocución: "es un juez que a mí me maravilla su capacidad de trabajo" por lo que el rector añadió que tiene la "obligación" de defenderle.
Para acabar aseguró que "hemos luchado mucho por la democracia en este país y no estamos dispuestos a que se nos hurte el derecho a poder expresarnos", sentenció para añadir que teme un "deterioro de la propia ética". Además, se mostró "muy preocupado, inquieto e indignado" por el "deterioro de las instituciones".
El Supremo, "cómplice de las torturas" del franquismo
El ex fiscal Carlos Jiménez Villarejo lanzó un auténtico ataque al Tribunal Supremo y los magistrados que pretenden que Garzón también esté sometido a la Justicia. Dijo que este acto "intenta impedir que se cometa un atropello impropio de un Estado democrático". Indicó que los magistrados del Supremo "son merecedores de la crítica" como el poder legislativo y el ejecutivo. "Que nadie nos llame al silencio frente a un atropello que es lo mismo que volver a la dictadura y no lo vamos a consentir". E incluso acusó a estos magistrados de ser "cómplices de las torturas" del franquismo.
Villarejo, que fue nombrado por Garzón miembro del comité de expertos encargado de búsqueda de fosas comunes, negó el derecho de una parte de los españoles a acudir a la justicia. "Se ha abierto el camino a los herederos del franquismo a sentar en el banquillo a un juez que simboliza la justicia universal".
Villarejo dijo que la admisión a trámite de las querellas "merece nuestro absoluto rechazo, así, rechazo" y puso como ejemplo el criterio –siempre sometido a la conveniencia política– del Fiscal, porque, según Villarejo "representa la legalidad". "¿A dónde va el Tribunal Supremo?", se preguntó y confió en que los magistrados finalmente se amilanen ante tamaño acto de intimidación y acaben archivando las causas contra Grazón. "Es incompatible con la democracia que se puedan aceptar querellas de partidos de extrema derecha", dijo.
Y no se quedó ahí. Aseguró que el Supremo "se ha puesto en manos de los corruptos" por aceptar las querellas de las escuchas ilegales a acusados y abogados en prisión. "Siento bochorno y sonrojo de que el Supremo se haya atrevido a semejante barbaridad" y acto seguido acusó a los magistrados de perseguir a Garzón. Acusó también al Supremo de favorecer la delincuencia organizada y apeló a la necesidad de que el Supremo atienda la "demanda de todo el pueblo español que está indignado y perplejo ante la persecución de un juez justo". "Hagan lo que tienen que hacer, archivar todas las querellas de forma inmediata", demandó.
UGT apunta a los "hijos de la dictadura"
En su turno de intervención, Cándido Méndez habló de la guerra civil y de los muertos, que según se desprendió de sus palabras fueron de un único bando, y reivindicó el papel de Garzón para que juzgue a "los que se levantaron contra el Gobierno democrático". De este modo, el líder de UGT recordó que su sindicato fue disuelto por el franquismo lo que tuvo como consecuencia que los españoles "fueran sometidos a la tiranía del capital".
Sobre el proceso a Garzón, habló de que "estamos ante una auténtica vergüenza histórica" provocada por los "nuevos franquistas", los "hijos de la dictadura" aunque no se sabe si refiere a Bono, De la Vega, Cebrián... Así, calificó al magistrado de "amigo" y de persona "íntegra y cabal" por lo que exigió que "no vuelva a imperar la impunidad de los franquistas".
Toxo, a Cospedal: "Súmese a esta marea democrática regeneracionista"
"No estamos cuestionando la transición, como dice una dirigente de un partido político hoy," dijo en referencia a las declaraciones de Cospedal, a la que pidió que se sume "a la marea democrática regeneracionista".
Para el sindicalista, nada puede impedirles "recuperar la memoria, ni siquiera el asalto al estado de la sedición fascista, por más que se impusiera en la guerra que ellos mismos provocaron, por mucho que instaurara un régimen sentado en el genocidio, el expolio y el rencor" aseveró.
Fernández Toxo se empeñó en presentar este acto guerracivilista como "una transición ética y moral, el sitio por el que comienza" encabezados por Garzón, al que calificó como el verdadero libertador, que "nos ha quitado la venda colectivamente a toda la sociedad".
En un apoteósico final, aseguró que "nuestro país vive una situación excepcional, de la crisis económica saldremos, pero hay que salir de la crisis ética y moral", indicó, sin sonrojarse. La despedida, un clásico: "Por la libertad, por la democracia, contra el olvido, viva la memoria y mucha suerte para el juez Garzón".Otra vez hablan de "dignidad, justicia y memoria"
Una estudiante de Derecho tomó después la palabra. A pesar de su juventud exhibió un discurso rancio y apolillado, cargado de manipulaciones y evidentes mentiras. La joven aseguró que quienes sentarán a Garzón en el banquillo son responsables de "esta cadena de despropósitos que observamos con estupor, son los herederos de aquellos que encabezados por Franco implantaron el régimen del terror durante cuatro largas décadas" aseguró.
Tras enunciar las típicas proclamas guerracivilistas, la estudiante alabó la labor del magistrado por la "dignidad, justicia, memoria", usurpando, como ya hizo Zapatero en su día, el lema de las víctimas del terrorismo. La joven se amparó en que "nuestros antepasados no se merecían servir de antesala a la segunda guerra mundial" por lo que resulta necesaria la labor de Garzón para procesar "a sus responsables".
Un escenario, si cabe más dantesco, lo dibujó otra estudiante de Ciencias Políticas. Al más puro estilo "Pasionaria" insistió en la idea de que "el franquismo goza de impunidad". Tras una perorata plagada de alusiones a fusilamientos, muertos por sus ideas y hermanos en guerra, la futura politóloga proclamó que "la corrupción política es la consecuencia de la impunidad de los crímenes cometidos por el anterior régimen".
Para concluir, citó una decena de nombres de represaliados del franquismo, en nombre de los que –según su interpretación– actúa el juez estrella. Con un minuto de silencio concluyó una intervención que ha rozado el patetismo.