Beatriz Corredor es sin duda una de las caras menos vistas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y su Ministerio, de los más criticados por un gasto superfluo en tiempos de crisis y con la burbuja inmobiliaria pinchada hace tiempo. En una entrevista en Yo Dona en la que apenas habla de su cargo, sí admite que "probablemente no hemos sabido explicar bien su función".
Cuenta que antes de acceder al cargo, Zapatero, tras una entrevista de tres horas, le pidió que escribiera "un par de folios sobre lo que a mi juicio tenía que ser el Ministerio de Vivienda". El presidente, que le hizo "sentir cómoda y relajada" en la conversación, le llamó el diez de abril para darle a conocer el nombramiento. Afirma que no le preocupa "el futuro". "Cuando el presidente decida que hay otra persona mejor para este proyecto, habré cumplido mi trabajo", afirma.
Lo más curioso de la entrevista no es, sin embargo, la escasa autocrítica sobre su labor sino lo que cuenta sobre su pasado adolescente. Con la oposición de Registradora de la Propiedad y afiliada al PSOE desde 2003, cuenta cómo en 1982 se escapó "para ir a los mítines de Felipe González" y cómo fue con una amiga, también con catorce años, a afiliarse "a las juventudes socialistas".
"Me explicaron que era necesaria la autorización paterna y mi padre me dijo que cuando tuviera 18 años hiciera lo que quisiera, pero antes no. Cuando pude votar, lo hice al PSOE, y siempre he votado lo mismo", explica. La afiliación llegaría después, según cuenta, con el tamayazo: "Me sentó fatal que por culpa de dos chorizos se chafara uno de los proyectos más importantes, gobernar en Madrid". Después llegaría el ascenso en el PSM y la cartera ministerial que, de momento, mantiene.