Tras meses de debate interno, en algunas ocasiones aireado en forma de autopromoción desde las páginas del diario Gara, el brazo político de ETA hizo público este lunes un breve comunicado en el que avanza las primeras pinceladas de "Zutik Euskal Herria", la última ponencia política de Batasuna.
En el mismo no se aprecian cambios de los que se pueda desprender que Batasuna y el entorno politico-social de ETA se separan de forma alguna de la organización terrorista. Es más, las primeras pinceladas del documento, que no se hará público de forma íntegra hasta este martes, recuerdan a fórmulas ya propuestas por los acólitos de ETA años atrás, exactamente, a la creación de un nuevo pacto de Estella entre nacionalistas que obligue al Gobierno central a negociar el derecho de autodeterminación.
En este comunicado inicial, el brazo político de ETA divide en cuatro puntos los contenidos más importantes o destacables de la ponencia batasuna:
"1. La fase política a la que se dirige Euskal Herria es la fase del cambio político, por medio del Proceso Democrático. Es decir, una vez creadas las condiciones del cambio, llega la hora de realizarlo. Por consiguiente, el objetivo de esa fase política es llevar a cabo este cambio político, logrando el marco democrático que ofrezca las suficientes bases para que todos los proyectos políticos sean defendibles y materializables en nuestro país. Alcanzando así una paz estable y duradera para Euskal Herria. Asumir la apuesta de materializarlo ha exigido y exige cambios también en nosotros y nosotras mismas".
En este primer punto, los acólitos de ETA insisten, como llevan haciendo ya casi desde la última década, en que la sociedad vasca y navarra estaría ya preparada para decidir a través de la autodeterminación si quieren independizarse o no de España, y cómo querría configurar políticamente ese nuevo estado independiente. Además, subordina la existencia de una "paz estable y duradera", es decir, que cese el terrorismo, a poder ejercer el derecho de autodeterminación, y reivindica la necesidad de que la propia Batasuna sea legalizada.
" 2. Para la Izquierda Abertzale, la oportunidad de un cambio político verdadero, la oportunidad de superar el ciclo actual y abrir otro democrático, se encuentra abierta de par en par. Por lo tanto, ahora el desafío consiste en cruzar esa puerta abierta tras décadas de lucha y trabajo y efectuar el cambio político. Hay suficientes condiciones políticas y sociales para ello".
En este segundo punto, el brazo político de ETA vuelve a mostrar su disposición a abrir un nueva negociación política y considera que existen condiciones políticas y sociales favorables para llevarla a cabo.
" 3. Nos reiteramos en el compromiso con el uso de vías y medios exclusivamente políticos y democráticos. Son dichos medios los que hacen posible la necesaria activación popular y la unidad de acción de las fuerzas democráticas y progresistas del país, garantía, motor y eje de tracción de la apertura y avance del Proceso Democrático. Proceso Democrático que debe desarrollarse en ausencia total de violencia y sin injerencias, rigiéndose el diálogo y la negociación entre las fuerzas políticas por los principios del Senador Mitchell".
Batasuna-ETA apuesta por el modelo norirlandés. El senador norteamericano George Mitchel fue enviado por la Administración Clinton como mediador a los procesos de paz de Irlanda del Norte. Estableció varias exigencias mínimas que debían cumplir las formaciones políticas que tomaran parte del proceso, exactamente, usar medios democráticos, renunciar a que el uso de la fuerza influya en las negociaciones, instar a los grupos terroristas a poner fin a los asesinatos, desarmar a los grupos paramilitares, respetar los acuerdos alcanzados.
De este modo, Batasuna se comprometería a pedir a la organización terrorista ETA que no atente durante las negociaciones, algo que ya ha sucedido antes, en treguas-trampa anteriores, y a frenar el terrorismo callejero y la extorsión durante este proceso de negociación, algo que no sucedió entre 2006 y 2008. Sin embargo, no hace públicos todavía que exigiría al Gobierno de España que cumpliese de esos principios Mitchell ni cómo debería cumplirlos, pese a que las exigencias del senador norteamericano eran para los grupos violentos y no para los estados democráticos (Reino Unido en el caso norirlandés).
"4. Una amplia acumulación de fuerzas por medio exclusivamente de la lucha de masas, institucional e ideológica es la base para llevar al Estado al terreno de la confrontación libre y democrática de ideas y proyectos políticos, y poder así alcanzar un escenario donde los ciudadanos vascos libre pacifica y democráticamente adopten las decisiones que deseen sobre su futuro".
En el último punto del comunicado, el brazo político de ETA considera que para obligar al Estado a entablar esta nueva negociación política sería necesario que las formaciones políticas independentistas se volviesen a unir, como ya pasó en 1998, cuando ETA convenció a PNV y EA para firmar el Pacto de Estella, al que posteriormente se unieron el resto de partidos (IU entre ellos) y sindicatos nacionalistas de la comunidad vasca y Navarra.