El presidente de Castilla La Mancha sigue siendo uno de los dirigentes socialistas más críticos con Zapatero y su gestión de las pensiones, Esta semana se unía a Belloch en esas críticas y este domingo El País publica una pequeña entrevista.
José María Barreda no cree que Rodríguez Zapatero esté haciendo gestos de calado ni que se haya rodeado de un equipo de colaboradores solvente. "Creo que el presidente debe hacer gestos de calado y dar señales potentes de que va a por todas y de que no da nada por perdido", apunta, para a renglón seguido aconsejarle que disponga "de un equipo de colaboradores muy potente, con mucha fuerza, con solvencia acreditada, que diera confianza".
Preguntado si se considera excesivamente díscolo con el Ejecutivo, Barreda responde que no tiene "vocación de Pepito Grillo, pero no digo amén a todo lo que diga el Gobierno".
Considera que un presidente –en este caso de Castilla La Mancha– "puede y debe ser un presidente reivindicativo, exigente, que no comulgue con ruedas de molino y que trate que su comunidad cuente, sea relevante".
El dirigente socialista criticó esta semana la descoordinación del Ejecutivo y su falta de diálogo a la hora de tomar decisiones: "Lo dije en relación a una medida de ajuste que afectaba a los Ayuntamientos y sobre la que no sabía nada la Federación Española de Municipios y Provincias. Si hubieran hablado con ellos hubieran sabido que era inviable. Desde luego, yo soy partidario de que el Gobierno actúe y no haga dejación de su responsabilidad, pero no puede pecar por falta de información y análisis".
Una de las críticas más directas la realiza contra los ministros. Para Barreda algunos "siguen la línea del Despotismos Ilustrado, de todo para el pueblo pero sin el pueblo, y despotismos, no, de ninguna clase".
Lo peor de Zapatero, según el socialista, es su "optimismo excesivamente confiado o una confianza excesivamente optimista".