Todo se gestó el miércoles por la noche, una vez la mayoría de funcionarios, periodistas y dirigentes del PP habían abandonado Génova 13. Entonces, el presidente del partido, Mariano Rajoy, tras haber hablado previamente con los dos polos enfrentados -María Dolores de Cospedal (a favor de la expulsión) y Javier Arenas (contrario a tomar medidas), hizo llamar a Luis Bárcenas a su despacho.
En un encuentro cara a cara, Rajoy le instó a que “reflexionara” por el bien del partido ya que la situación, tras el levantamiento del secreto sumarial del caso Gürtel el martes, era “complicada” y “delicada”. Dicho esto, nunca le exigió que dimitiera, algo “muy del estilo” del líder de los populares.
Arenas no estuvo al margen. Valedor de Bárcenas ante Rajoy y el resto de la dirección nacional del partido, le telefoneó tanto por la noche como a la mañana siguiente. De hecho, poco después de esa segunda llamada, el que fuera responsable de las finanzas del PP comunicaba su decisión y solicitaba su baja temporal como miembro de este partido.
En un comunicado con membrete del PP, Bárcenas tachaba de “dolorosa” la medida, aunque recalcaba en que su abandono era “temporal” hasta que “se aclaren los hechos que injustamente” cree que se le imputan y ante los que dice mantener una “absoluta inocencia”. Según el sumario, él es el epicentro de la clave corrupta.
Además, el senador anunciaba que abandonaba -esta vez sí- “definitivamente” la tesorería del partido, puesto que hasta entonces su marcha era sólo temporal a la espera de una sentencia en firme de la Justicia. Por último, lamentó el “daño irreparable” que se le ha hecho tanto a su familia como él y aseguraba sentirse utilizado como “instrumento” en contra del partido.
Rajoy: "Barcenas seguirá en el Grupo Popular, supongo"
Lanzada la bomba informativa, Rajoy cambiaba de opinión y atendía a los medios de comunicación en Sevilla, tras reunirse en privado con los padres de Mari Luz Cortes y Marta del Castillo. El líder de los populares agradecía el gesto de Bárcenas, pero no desvelaba si había sido voluntario o forzado. Tampoco despejaba la incógnita de si le iba a retirar sus privilegios: despacho y secretaria en Génova y el pago de un prestigioso abogado penalista.
En cuanto a su situación en el Senado, ahora que no es miembro del PP, “supone” Rajoy que seguirá en el Grupo Popular, extremo confirmado por fuentes populares, que sin embargo le apartan de la dirección.
Paralelamente, y según las fuentes consultadas por Libertad Digital, Arenas forzaba un comunicado oficial de la dirección nacional agradeciendo el trabajo del ex senador. En la nota, el PP la "lealtad" demostrada por Bárcenas al partido y a sus dirigentes y expresaba el convencimiento de que demostrará su inocencia frente a las "falsas imputaciones" de que está siendo objeto.
En cuanto a la Tesorería del PP, Rajoy anunció una reestructuración del órgano interno, que a partir del próximo Comité Ejecutivo Nacional pasará a manos de José Manuel Romay Beccaría -ministro de Sanidad durante la primera etapa de Aznar en el Gobierno-. Un elemento más de pulcritud, según dijo, pese a que, una vez leídos los 50.000 folios del sumario, “ha quedado probado que no existe financiación irregular”.
Merino también anuncia que deja el PP
Ya por la tarde, el otro implicado en la trama que todavía conservaba carnet, el diputado Jesús Merino, anunciaba en otro comunicado al estilo de Bárcenas que había comunicado su decisión a la dirección nacional y al grupo parlamentario de darse de baja de forma temporal como militante, algo que hará “de forma inmediata”. No aclara, eso sí, si seguirá beneficiándose de su acta de parlamentario y si pasará o no al Grupo Mixto.
“Desde la aparición de este asunto, siempre he manifestado mi disposición a aceptar las decisiones que mi partido y mi grupo consideren más convenientes. En consecuencia, adopto esta decisión (…) para no perjudicar a los intereses del PP”, añade.
El diputado apunta también que con esta medida podrá “ejercer mejor” su derecho de defensa “en el procedimiento abierto en el Tribunal Supremo”, ante el que, afirma, demostrará su “absoluta inocencia”. Merino termina agradeciendo al PP “la confianza” que ha depositado en él en estos años.
Aznar, contra la corrupción ante Rajoy
Por su parte, la trama Gürtel también salpicó de lleno al almuerzo organizado por José María Aznar para conmemorar su primera Ejecutiva, aprobada en 1990 y que supuso un punto de inflexión en su camino a La Moncloa. El ex presidente no obvió la corrupción en su discurso: “el Partido Popular era, y debe ser siguiendo, incompatible con la corrupción. La buena política es siempre una política ética. La mala política desprecia los límites éticos. Debemos de estar siempre alerta, no restar nunca valor a la honradez, y no tolerar nunca ni minimizar la corrupción”.
Los españoles, concluyó Aznar, “no entendería que el PP dejase de ser incompatible con la corrupción. Los socialistas pretenden que deje de serlo. Quieren que seamos todos iguales. Y no podemos tolerarlo. El PP que surgió del Congreso de Sevilla fue impecable contra la corrupción y creo que nuestros militantes no exigen que aasí siga siendo”.