José María Aznar hace estas reflexiones en el prólogo del libro "España, camino de libertad", escrito por el diputado y portavoz de la Comisión de Interior del PP, Ignacio Cosidó, y el analista y editor del Grupo de Estudios Estratégicos (GEES), Óscar Elía Mañú. La obra será presentada el próximo 14 de junio en la sede de la Mutua Madrileña durante un acto en el que intervendrán el propio Aznar, el presidente del PP, Mariano Rajoy, el portavoz del Grupo Popular en la Eurocámara, Jaime Mayor Oreja, y el ex ministro de Interior Ángel Acebes.
El ex presidente consideró que, de todas sus responsabilidades al frente del Gobierno, la lucha contra el terrorismo fue "la más exigente", "la más dura" y "la más estimable" en el compromiso con el país y los españoles". "No hay nada de melancólico en la evocación de ese esfuerzo porque en modo alguno fue baldío", subrayó al respecto.
Durante sus ocho años de Gobierno (1996-2004), según Aznar, la "determinación" del Ejecutivo para acabar con ETA fue una de sus señas de identidad, junto al "gran compromiso colectivo" contra la violencia etarra –habla de "movilización social sin precedentes"– y una verdadera política antiterrorista "de Estado". En este sentido, subrayó los logros que supusieron la Ley de Partidos y el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo en la lucha contra el terrorismo.
Según destacó, tras su victoria en los comicios generales de 1996, el Ejecutivo que él presidía tuvo que hacer frente a "un deterioro para entonces más que alarmante de los instrumentos del Estado" frente al que había que ofrecer a la sociedad "un compromiso de liderazgo sin reservas" frente a ETA y enviar a la organización terrorista "un mensaje no menos claro de determinación".
Imagen de una ETA imbatible
El también presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) recordó que los Gobiernos socialistas de Felipe González se caracterizaron por una sensación de "frustración" frente a ETA en la década de los noventa y la "lucha ilegal" o la idea de negociación con contrapartidas para la banda en los años previos a su llegada a La Moncloa.
"De este modo se alimentaba la imagen de una ETA imbatible, dotada de una capacidad ilimitada de recuperación frente a la acción de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y apoyado por decenas de miles de votos que activaban sus organizaciones políticas desde la legalidad que buscaban destruir", explicó.
Por contra, el PP acometió la tarea de acabar con ETA con "unas claves sencillas" de formular, según relata: "restablecer la confianza en las instituciones democráticas, afirmar la capacidad del Estado de derecho para derrotar el terrorismo y, por tanto, negar el mito de su imbatibilidad; reconocer el valor y la dignidad de las víctimas y su derecho a la reparación moral y material, afirmar el valor del marco político de convivencia que nos dimos los españoles, apoyar la movilización cívica contra el terrorismo y perseguir todos los métodos de coacción y violencia de éste sobre el conjunto de la sociedad, muy singularmente la vasca".
Para ello, el Gobierno de Aznar partió de la base de que ETA era "la cabeza de un entramado de organizaciones criminales" y, en este sentido, hizo hincapié en la utilidad de la Ley de Partidos y destacó la ilegalización de las sucesivas marcas electorales del entorno etarra durante sus dos legislaturas en La Moncloa.
Esta idea se combinó con la búsqueda de una política antiterrorista "verdaderamente de Estado" con la unidad de los dos principales partidos. En un primer momento, él rechazó "las políticas de mínimo común denominador que, en aras de una cuestionable unidad, impedían el avance de la estrategia contra ETA al quedar ésta subordinada al ritmo que marcaba el que menos quería avanzar o no quería avanzar en absoluto", dice con relación a la actitud del PSOE.
No obstante, finalmente esta política de Estado logró plasmarse en el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo que permitió la superación del anterior enfoque y la adopción de objetivos e iniciativas por parte del PSOE. "En suma –concluye el ex presidente–, un gran compromiso colectivo en el que los españoles dieron lo mejor y que nadie tiene derecho a malgastar".
En el libro "España, camino de libertad" (Editorial Gota a Gota), Cosidó y Elía Mañú repasan la política seguida por el Gobierno de Aznar desde su llegada al poder en 1996 hasta su derrota electoral de 2004. En el camino hacia esa búsqueda de la añorada 'libertad', los autores se centran en la firmeza democrática, la fortaleza del Estado de derecho, la colaboración internacional y, principalmente, en el ejemplo moral de las víctimas.