En una extensa entrevista de Federico Jiménez Losantos en el programa que dirige y presenta en LDTV, La hora de Federico de LDTV, José María Aznar presentó su último libro España puede salir de la crisis (Planeta).
La conversación se centró, lógicamente, en la grave crisis que atraviesa España y en primer lugar, el ex presidente del Gobierno valoró positivamente la decisión de Esperanza Aguirre de bajar un dos por ciento el sueldo de los altos cargos de la Comunidad de Madrid, ya que en su opinión "es más que un gesto" porque conlleva un "mensaje político muy claro: hay que recortar gastos y no aumentar los impuestos".
Preguntado por la actitud sumisa de las sociedades occidentales ante el proceso de recorte de libertades que están llevando a cabo los gobiernos en estos últimos meses, Aznar explicó que "defender la libertad no es fácil", y recordó "la vieja sentencia en el Memorial de Washington de Freedom is not free (la libertad no es gratis) es verdad y tiene mucho sentido". Aznar señaló que "cuando hay una situación de crisis brutal buscar culpables es lo más fácil, en este caso es la economía de mercado cuando no es verdad, la verdadera responsabilidad está en los organismos supervisores que controla el Estado, que han funcionado mal".
La verdad de la crisis
Aznar cree que lo más grave es que "no se está diciendo al país la verdad de la situación económica", y recordó que "desde el comienzo que se empezó negando la crisis, cuando se alardeaba absurdamente y frívolamente de esto no nos va a afectar a nosotros". Sin embargo, en su opinión "al país hay que decirle la verdad de la situación laboral, de la situación productiva, del sistema financiero para recuperar la confianza, ese es un elemento absolutamente básico".
En este sentido, Aznar recordó "cuando llegamos al Gobierno en el 96 lo primero que hicimos fue decirle al país la verdad, no cumplimos ninguna de las condiciones para ser miembros del euro, si quieren ser miembros del euro hay que hacer esto". E insistió en que "sin decir la verdad a la gente es imposible restablecer la confianza, es imposible tomar medidas". Respecto a la pasividad que muestra buena parte de la sociedad, Aznar dijo que "es más agradable ver jugar al fútbol a Kaká que hablar de que en España va a haber cinco millones y pico de parados".
El ex presidente del Gobierno hizo hincapié en el gravísimo problema de desempleo que padecemos. "El paro es una tragedia para España, se puede llevar al país por delante. Hemos vuelto al drama del desempleo". Aznar recordó la evolución del paro en España: "En 1976 en España trabajaban 12 millones de personas y en 1996 cuando llegamos al Gobierno en España trabajaban 12 millones de personas, quiere eso decir que en España no se creo un solo puesto de trabajo durante 20 años y eso explicaba porque los países europeos eran mucho más ricos que España" y como "ocho años después, en 2004, en España trabajan 18 millones de personas". Sin embargo, lamentó que "de la España que creaba más empleo que Francia y Alemania juntas, hemos pasado a la España que tiene más parados que Francia y Alemania juntas".
"Yo dije en una ocasión que no quería que España volviese a la cuneta de la historia, pero España se ha acostado en la cuneta de la historia", dijo Aznar que reconoció que siente "cierta sensación de frustración, el país había mejorado y ese proceso histórico se ha detenido en aras de una política alicorta, sectaria, falta de sentido histórico con unos resultados que son calamitosos para el país".
Aznar cree que hay que "bajar los impuestos junto a un paquete absolutamente ejemplar de control del gasto, de disciplina presupuestaria y de rebaja del gasto público absolutamente drástica en muchos aspectos que se pueden bajar". Unas reformas que Aznar no tomaría "sin decir claramente a los ayuntamientos y comunidades autónomas la fiesta se ha terminado, no se puede estar repartiendo lo que no se tiene".
También incidió Aznar en que la crisis en España "no es solo económica y social", sino también política e institucional, ya que la desvertebración del país "ha convertido al Estado en algo residual". Y advirtió que "cuando un Estado se desmorona como se está desmoronando el Estado español no se salva ninguna parte por separado". En relación con 1996 cuando él llegó al Gobierno, Aznar consideró que "la situación de ahora más grave porque entonces existía un Estado y las instituciones del Estado funcionaban, y garantizaban la cohesión; hoy no".
"España necesita un cambio –prosiguió Aznar– lo que ocurre es que hace un año los españoles muy libremente confiaron en quién está en el gobierno y no en quién está en la oposición, nos quedan tres largos años y no existe en este momento la fórmula para que podamos superar la situación". Respecto a lo que tendría que hacer el PP para ganar, por fin, unas elecciones generales, Aznar dijo que "en primer lugar creérselo, que es posible, y en segundo lugar contarlo y hacer a la gente partícipe de la esperanza de un cambio". Ahora bien, añadió que "ganar las elecciones es importante pero en la política no todo consiste en ganar las elecciones, sino ganar las elecciones para hacer qué, más aun, si se gana las elecciones con qué instrumentos cuenta para hacer lo que piensa hacer". "La oposición tiene que ser muy viva, muy eficaz, y debe hacer cómplice a la mayoría de la necesidad de un cambio, y no debe cansarse", concluyó el ex presidente.
Ante el manifiesto deterioro de la vida política y, sobretodo, de la clase política, Aznar señaló que "la vida política española ha tenido un bajón muy grande en los últimos años, cada vez es más difícil encontrar gente que se dedique a la vida política". En esta línea, el ex presidente lamentó que "el tono de la representación política de hoy ha bajado sustancialmente" y que "el desarrollo del debate político en España es prácticamente inexistente y eso es muy preocupante, no se puede plantear en serio un debate sobre la energía nuclear o la reforma laboral". Además, consideró que "si se repasa la lista de los ausentes, por decisión propia o forzosos, es muy notable". Y del Gobierno en particular, el ex presidente dijo que es el "peor" que ha tenido la democracia española. "Creo que este Gobierno sinceramente ya ha hecho bastante daño al país", apostilló.
Aznar subrayó que sus gobiernos "nunca aprobaríamos un presupuesto sabiendo que estamos mintiendo, como ha ocurrido con el último". Y defendió la necesidad de congelar el sueldo de los funcionarios: "Una de las cosas más escandalosas en la última campaña fue que eso se utilizase en contra. Nos decía ustedes congelaron el sueldo de los funcionarios, es que si no lo hacíamos no podíamos entrar en el euro, y hay que agradecerle a los funcionarios que aceptasen esa medida porque fue indispensable para tener el euro". Para Aznar "un dato muy relevante de la evolución económica es que tenemos en España ya más funcionarios que empresarios".
También reivindicó Aznar las políticas fiscales que aplicó cuando llegó al Gobierno con importantes bajadas de impuestos ya que frente a la propaganda socialista, lo cierto es que "se recaudó mucho más, el PIB subió sustancialmente", y, además, "había mas gente que pagaba las cotizaciones sociales, lo que permitió crear el Fondo de Reserva de la Seguridad Social", mientras que "los incrementos de impuestos expulsan a mucha gente a la economía sumergida".
El presidente de la Fundación FAES remarcó la necesidad de una "reforma financiera" pero dejó claro que "debía hacerse con criterios económicos y no territoriales, pero me temo que la van a hacer las taifas autonómicas".
La actitud de los sindicatos con la que está cayendo es, en opinión de Aznar, "para quedarse absolutamente asombrado, se han convertido en paniaguados gubernamentales", si bien explicó que "no es que tengan que montar huelgas, tienen que ver como se puede crear empleo en España".
En caso de estar en el Gobierno, Aznar dijo que para aplicar las reformas imprescindibles que necesita España "trataría de buscar los consensos más amplios posibles, pero con consenso o sin consenso se tienen que tomar" y añadió que el futuro de un país no puede depender sólo del consenso. Una vez más, Aznar dijo no arrepentirse de su decisión de retirarse tras la segunda legislatura pero si que dijo arrepentirse "de no haber impulsado mas algunas reformas, a lo mejor estaba pensado en no crear problemas a los que venían".
Aznar sí habló de un tema del que huyen todos los políticos, el 11-M. El ex presidente dijo tener "un interés histórico en el asunto", pero que no tiene "prisa", y aclaró que "no modificaría mi declaración en el Congreso durante tantas horas", en la comparecencia de la comisión de investigación parlamentaria sobre los atentados, que tuvo lugar a finales de 2004. "Es más interesante para España hacer un análisis tranquilo de que sucedió en el 11-M, que no revolver las tumbas de la Guerra Civil", consideró José María Aznar.
"Aquello cambió dramáticamente el curso histórico de España –explicó Aznar– y dejó una muy mala lección para el futuro y es que cuando existe un atentado terrorista y hay gente dispuesta a culpar al Gobierno y no culpar a los terroristas algo serio se está torciendo". El presidente de FAES se preguntó "¿cuál hubiese sido la reacción de los EEUU 48 horas antes de un proceso electoral?, no lo sé, no estoy seguro que fuese la misma del 11-S, porque esa cantinela del terrorismo ciego... si algo tienen los terroristas es que no son ciegos, lo hacen todo con un sentido, lo que buscaban en España era crear una situación que propiciase un cambio de gobierno, lo que buscaban en EEUU era humillar. Siempre tienen un objetivo, lo que hay que buscar es que no cumplan ese objetivo".
Después de celebrar la sentencia del Tribunal de Estrasburgo avalando la Ley de Partidos que su Gobierno impulsó, Aznar recordó que ya entonces el Tribunal Constitucional cometió un "error garrafal al liberar a la cúpula de Herri Batasuna, del mismo modo que el actual Tribunal Constitucional cometió un error garrafal autorizando la lista de Iniciativa Internacionalista". Aznar incidió en que "la sociedad española va a pagar un precio muy serio y eso los que toman decisiones lo tienen que saber, y hay que decírselo".
Por último, en relación con el escándalo de corrupción que afecta al PP y a su tesorero Luis Bárcenas, Aznar se limitó a decir que "el que tiene la responsabilidad es el que tiene los datos y sabe lo que tiene que hacer, confío plenamente en Mariano Rajoy. Sabe muy bien lo que tiene que hacer, habrá sus tiempos y estoy convencido que lo hará".