LD (Pablo Montesinos) Al secretario general del Grupo Popular no le han gustado nada las quejas que ha tenido que leer en Libertad Digital de sus propios diputados. No entra a valorar la decepción que puedan tener algunos sobre la nueva estrategia marcada desde Génova -“Todo suave no se vaya a enfadar Zapatero”- pero recalca que “no es cierto” que sus señorías estén desatendidas. “El espíritu con el que Soraya entiende el grupo es de mucha participación”, apunta en declaraciones a este periódico.
Para demostrar el buen talante de la portavoz del grupo, José Luis Ayllón saca a relucir su agenda de reuniones. Y la primera de ellas comienza los lunes, cuando el consejo de dirección -presidido por Soraya Sáenz de Santamaría- se reúne con los portavoces adjuntos que tiene el Grupo Popular: un total de seis. Concretamente, dos económicos, dos sociales y dos jurídicos e institucionales. Es en dicha reunión, a la que no tiene acceso el diputado raso, en la que se establecen las directrices a seguir durante toda la semana. Es decir, los temas que, según el PP, deben pasar por el Hemiciclo.
Pero, ¿cuándo tienen voz sus señorías? Según Ayllón, los martes de cada semana. Es entonces cuando, tras un mensaje de móvil recordatorio, todos los miembros del Grupo Popular están llamados a un encuentro con Sáenz de Santamaría. El problema, añade, es que son muy pocos los populares que acuden a la cita: no más de 40 de los 154 diputados que su formación tiene en la Carrera de San Jerónimo. Eso sí, debates como el del Estatuto de Castilla La Mancha hacen multiplicar la asistencia.
En dicho encuentro, al que no acuden apenas diputados -según la denuncia de su secretario general-, se escuchan las opiniones y los consejos de sus señorías. Es el momento de que los diputados “alcen su voz” sobre los temas de actualidad. “Se han llegado a introducir temas en la agenda tras escucharles”, apunta el número dos del PP en el Congreso.
Pero todavía falta una reunión más, la previa a la sesión de control al Gobierno, en la que la semana pasada se pudo ver la desoladora imagen del Hemiciclo sin apenas diputados. En ella, la portavoz debate con aquellos que participarán en la interpelación al Ejecutivo. Es “la reunión de la coca-cola con los preguntantes”.
Hasta aquí las reuniones ordinarias pero, según explica José Luis Ayllón, todavía hay más: las extraordinarias. En este marco, destacan los encuentros que Soraya Sáenz de Santamaría ha mantenido con todas las comisiones que tiene el Grupo Popular. Una ronda que se volverá a repetir en una fecha todavía no concretada.
Un calendario, ahora desgranado por Ayllón, al que no pudo tener acceso Libertad Digital por parte del Grupo Popular cuando fue consciente del profundo malestar en parte de su bancada. Entonces, “no tenían constancia”.
"Tenemos muchas reuniones, nos pagan por trabajar"
Por todo ello, José Luis Ayllón dice no entender la rebelión surgida en torno a su portavoz. No comprende como hay dirigentes, de su propio grupo, que dicen cosas como que la dirección “no sabe tratar a los diputados” o que “hay un distanciamiento que no debe existir”. La opinión de su secretario general es bien diferente: “no tengo la sensación de desatender a nadie, creo que la sensación general es buena y que se atiende a la gente”.
Además, afirma que es un grupo “muy participativo” en la que “tenemos muchas reuniones y trabajamos muchas horas” porque “nos pagan por trabajar”. “Estoy muy satisfecho con el trabajo del Grupo Parlamentario aunque cada uno es libre de valorar lo que quiera”, recalca.
Sobre la lamentable imagen que ofreció la bancada popular en la pasada sesión de control al Gobierno, apunta a que “la participación en los plenos es importante”, mucho mayor a la del grupo parlamentario socialista. Además, “el PP es el que más iniciativas presenta y e intenta dar juego a la mayoría de sus diputados”. Pese a ello, parafrasea a Mariano Rajoy: “todo es manifiestamente mejorable”.
Mano dura contra el absentismo y la falta de disciplina
La mano derecha de Sáenz de Santamaría también confirma que la dirección del Grupo Popular trabaja ya en un endurecimiento de las sanciones internas para acabar con los díscolos y el absentismo. Un plan que, como ya avanzó Libertad Digital, tiene como encargados al propio Ayllón y a Arturo García Tizón y Jesús Merino.
En este sentido, desvela que la intención de la dirección es aumentar las multas actuales -que van de los sesenta euros por no asistir a un pleno hasta los trescientos por romper la disciplina de voto-. Sin embargo, para el secretario general del Grupo Popular lo más importante es “clarificar y mejorar el procedimiento de actuación” ya que ahora no entienden ni los propios diputados.