L D (Europa Press) La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha aprovechado este martes la reunión de la Junta Directiva Regional del PP de Madrid para hacer balance del primer año de gestión al frente del Gobierno de la Nación de José Luis Rodríguez Zapatero.
Aguirre ha dicho que la política nacional está atravesando unos momentos "difíciles y preocupantes", sobre todo por el "extremismo" del presidente del Gobierno, si bien agregó que esta deriva radical "es una suerte porque de la libre al PP el espacio de centro”. Aguirre subrayó que la principal preocupación es el descubrimiento de que Zapatero "no es una víctima de las presiones de sus peligrosos aliados del tripartito catalán, sino que se ha colocado, voluntariamente, a la cabeza de las reivindicaciones de sus aliados".
En este sentido, aseguró que Rodríguez Zapatero no está dispuesto a dejarse adelantar por ninguno de sus socios de Gobierno en esa "carrera hacia el extremismo" y añadió que "ha demostrado que no es un simple peón, sino que parece de verdad empeñado en acabar con la Constitución de 1978 y a romper España entre todos". "Zapatero parece que está a gusto ofreciendo su colaboración a los proyectos separatistas y no pierde ocasión de recordar que él va a aceptar todas las propuestas que le vengan del tripartito catalán y ha anunciado su voluntad de llevar a un referéndum el nuevo estatuto del País Vasco", aseveró Aguirre.
Las "personas decentes" saben que en el País Vasco lo primero es "acabar con ETA"
La presidenta criticó que esta propuesta electoral del referéndum se realice "cuando el País Vasco se está jugando mucho más que los resultados del domingo 17" y subrayó que "todas las personas decentes saben que en el País Vasco no hay que empezar a cambiar marcos estatutarios, sino acabar con la violencia y ETA". Por este motivo, aseguró que el hecho de que Zapatero "caiga en la trampa de los nuevos estatutos o las modificaciones constitucionales, es un escándalo de primera magnitud" que, a su juicio, supone que la actitud ante los nacionalistas separatistas "es solamente una muestra del auténtico proyecto de Rodríguez Zapatero".
"En este año Rodríguez Zapatero ha demostrado que lejos de ser la persona socialdemócrata, moderada, que a todos nos parecía que era, donde se encuentra a gusto es en el extremismo", apuntó Aguirre, que señaló que el presidente "acepta mal las críticas, desoye y nunca reconoce las que vienen de las filas del centro derecho español". "A pesar de su empeño por sonreír se pone de manifiesto que es capaz de la mayor acritud cuando se trata de descalificar al PP. Ya nadie se cree lo del talante del señor Zapatero, es una sonrisa, pero ahora ya para embaucar a los incautos", denunció Aguirre.
"Desenmascarar" a Zapatero
Por este motivo, Aguirre insistió en que el PP "debe desenmascarar esta actitud y advertir a los ciudadanos de que Rodríguez Zapatero tiene un proyecto extremista, que desborda sectarismo por todos los poros, y que no hay un proyecto de futuro para todos, sino simples tácticas de mercadotecnia". Añadió que la confrontación entre "la moderación, la preparación, y la eficacia del PP" y "la improvisación, extremismo y sectarismo" del PSOE "tiene su representación todas las semanas en el Congreso de los Diputados cuando Mariano Rajoy le da a Zapatero su baño habitual en el fondo y la forma y recibe lo que se merece en forma de debate democrático parlamentario".
"Todos somos víctimas del sectarismo, pero los ciudadanos de Madrid estamos pagando el pato de las hipotecas de Rodríguez Zapatero, que son los que le mantienen en el Gobierno, yo no tengo nada en contra de ellos, soy pro catalana, pero las hipotecas que no están costando carísimas a los madrileños son continuos agravios que recibimos", argumentó.
"Privilegia a Cataluña en detrimento de los madrileños"
Aguirre reiteró que la "voluntad decidida de asfixiar a la Comunidad de Madrid es uno de los ejes de la política de Zapatero" y dijo que "no hay que imaginar las dificultades de PSOE de Madrid ante la tarea imposible para Simancas y compañía de justificar ante sus propios electores, que el Gobierno privilegia a los catalanes para pagar sus deudas electorales, en detrimento de los madrileños".
También puso como ejemplo que Fomento invirtió en Madrid 580 millones de euros en 2004, frente a los 12 millones de este año, y aludió a la deuda histórica del Gobierno central con la región, que asciende a 3.119 millones de euros, y la cantidad que ha dejado de ingresar Zapatero este año, que hubiera permitido construir 78 kilómetros de metro, 625 colegios y 780 centros de salud.
Uso partidista de las instituciones
Insistió en el "uso de las instituciones" por parte del PSOE y dio que el Fiscal General del Estado "se muestra evasivo y muy poco diligente con asuntos que pueden perjudicar al PSOE, como el Carmel, o el pago de facturas falsas en Sevilla, y extraordinariamente receptivo y suspicaz cuando se trata de arrojar sombra de duda sobre la actuación del PP", como ha sido el caso Majadahonda.
"La situación es preocupante, pero el sectarismo y la deriva extremista del PSOE nos ha dejado vía libre para defender aquello en que la mayoría de los madrileños y españoles estamos de acuerdo: la moderación, las políticas de centro reformista, el diálogo, la defensa de los intereses generales de los ciudadanos lo que nosotros hemos defendido siempre. Es una suerte esta deriva radical de Zapatero porque nos deja libre el espacio de centro", concluyó.