Esperanza Aguirre ha vuelto a pisar el pleno del Congreso de los Diputados, once años después, para reivindicar un trato equitativo entre Comunidades Autónomas para resolver los conflictos jurídicos e intereses que se plantean en materia de financiación autonómica. La expectación fue muy similar a cualquier cita importante en la Carrera de San Jerónimo.
En su alocución, muy aplaudida por la bancada popular en la que no se encontraba Mariano Rajoy, la presidenta madrileña reclamó la incorporación del término “equidad” en la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA). Medida que ha contado con el rechazo de una amplia mayoría de la Cámara.
“He venido hoy aquí, no para pedir dinero o para pedir privilegios para los madrileños. He venido aquí para pedir equidad. Equidad para los madrileños y equidad para todos los españoles”, ha dicho Aguirre desde la tribuna de oradores, desde donde ensalzó la solidaridad de la Comunidad de Madrid con el resto de regiones.
Eso sí, “una cosa es que estemos de ser solidarios -continuó-, porque la experiencia nos ha demostrado que contribuir al desarrollo del resto de España es contribuir a nuestra propia prosperidad, y otra muy distinta es que se nos niegue, con tan patente falta de equidad, siquiera las inversiones que Madrid necesita para seguir contribuyendo al desarrollo y el bienestar del resto de España”.
Aguirre, que llegó enseñar un gráfico según el cuál mientras las inversiones en el conjunto del país aumentan en Madrid disminuyen -concretamente más de un 27 por ciento-, advirtió que si no se introduce, como finalmente ha ocurrido, el principio de equidad en la LOFCA se estaría conculcando el artículo 138 de la Constitución que establece que “las diferencias entre los Estatutos de las distintas Comunidades Autónomas no podrán implicar, en ningún caso, privilegios económicos y sociales”.
Una percepción, la de Aguirre, que sólo compartió la portavoz del PP, Fátima Báñez. El resto de formaciones, y en especial PSOE y CiU, criticaron, en ocasiones de forma virulenta, la propuesta de la Comunidad de Madrid.
CiU: "Intenta torpedear el Estatut"
El primer en tomar la palabra fue el diputado nacionalista José Sánchez Llibre, que hizo uso del turno en contra para acusar a la jefa del Ejecutivo madrileño de “torpedear” el Estatuto catalán. En este sentido, tachó de “curiosa y peculiar” la medida y llegó a decir que su aplicación conllevaría “la desaparición de Madrid como capital del Estado”.
Aguirre le replicó: “no he venido aquí a enfrentar Madrid con Cataluña, no señor… todo lo que le conviene a Cataluña le conviene a Madrid”. Los aplausos volvieron a repetirse en los escaños del PP.
PSOE: "Es una nostálgica del thatcherismo"
Ya en el turno de respuesta, la voz del PSOE la puso Delia Blanco, quién se dedicó a cargar sistemáticamente la gestión de la presidenta madrileña en vez de ceñirse al orden del día. Habló de la crisis interna del PP, del Estatuto Catalán, de la sanidad madrileña y hasta citó el caso Gürtel. “Es usted una nostálgica del thatcherismo”, resumió.
La bronca fue monumental hasta el punto que la portavoz del Grupo Popular, Soraya Sáenz de Santamaría, elevó una queja ante José Bono, que volvió a dar la palabra a Esperanza Aguirre.
La líder madrileña, desde su escaño, acusó a la socialista de mentir en el Congreso y ha repasado las bondades de su Ejecutivo en materia sanitaria y educativa. En este último punto, ha sentenciado: “ustedes han destrozado la educación”.
Tras ello, la presidenta salió de la Cámara como entró; repartiendo besos y saludos a diestro y siniestro. De hecho, la expectación era máxima desde primera hora de la tarde. “Aguirre mueve más que Rajoy y Zapatero juntos, es increíble”, resumía, no sin resignación, un veterano diputado socialista.