El ambiente de euforia es tal en el Partido Popular que sus principales líderes intentan bajar a sus dirigentes de la nube para reclamarles "trabajo, mucho trabajo" e instarles a "patearse" todas las localidades españolas para que el 22-M los sondeos se hagan realidad y el país quede bañado "por las gaviotas", tal y como dijo recientemente Luisa Fernanda Rudi.
En la reunión celebrada, a puerta cerrada, con el Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, Mariano Rajoy fue contundente: "No ganaremos, si no trabajamos", y por ello les instó a hacer kilómetros y a escuchar a la gente, al estilo que él mismo acuñó en las elecciones gallegas, primero, y europeas, después. Una estrategia que volverá a repetir en autonómicas y locales frente a un "Rodríguez Zapatero al que no quiere nadie".
Un mensaje que ya no incluyó la revisión de ningún sondeo, como ocurrió en la pasada Junta Directiva Nacional. Entonces, algunos vieron al líder nacional "levitando" a pesar de que pidió anclar los pies en el suelo, tras citar -eso sí- ese histórico CIS de primeros de año.
"El triunfalismo es el peor enemigo del PP", advirtió entonces Esperanza Aguirre, en la que era su primera aparición en Génova tras su intervención médica. Este martes, junto a Rajoy en Torrejón, volvía a insistir en su recado, a redobles de su mítico "pico y pala". La sintonía entre ambos va a más al tiempo que la cita con las urnas parece más cercana que nunca.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, que tiene en sus manos las encuestas más positivas de la historia, no se fía del PSOE. "Las elecciones no están ganadas", dijo, por lo que reclamó tanto "a los nuevos" como "los veteranos" militantes que busquen el voto "en el último rincón".
Hay que "bajarse del autobús" e ir puerta por puerta, recetó Aguirre, que protagonizó un acto en clave totalmente preelectoral. "No nos podemos quedar sentados a que la victoria nos venga sola. Tenemos que tomar la iniciativa o estaremos perdidos", cuenta un estratega de la presidenta, en conversación informal con Libertad Digital.
"Los sondeos son buenos, está claro. Vamos a ganar, esperamos que sí. Pero el partido -como dijo Rajoy- está cero a cero, que nadie se lleve a engaño", remachan en la primera planta de Génova 13, donde están situados los despachos del PP madrileño.
Sin embargo, Aguirre tenía guardado un mensaje más, en clave nacional: "El 22-M tiene que ser una moción de censura del socialismo. Debe ser el prólogo de la victoria que te va a llevar -en alusión al presidente popular- a la Moncloa".
Una idea con la que desde hace tiempo, y cada vez con más insistencia, trabajan en el PP; la de que José Luis Rodríguez Zapatero -o quien sea- no aguantará un fuerte batacazo electoral en mayo, lo que le obligaría a convocar elecciones anticipadas para antes de que finalice 2011. La clave, incidieron los compenetrados Aguirre y Rajoy, está en "trabajar, trabajar y trabajar".