Por primera vez en democracia –no había hasta ahora precedentes- el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial ha dimitido. Carlos Dívar ha anunciado este jueves su decisión de abandonar el cargo ante los vocales que componen el pleno del órgano de gobierno de los jueces. Dívar se va porque la situación era "insostenible" y porque el pasado sábado sus colegas ya le dijeron que tenía que renunciar al cargo.
El calvario de Carlos Dívar comenzó cuando saltó a la luz pública el escándalo de la treintena de viajes que realizó a diferentes ciudades de España, principalmente a la localidad malagueña de Marbella, cuyos gastos cargó al presupuesto del CGPJ. Pese a los delicados datos que se conocieron de la vida privada del presidente, tanto la Fiscalía como la Sala Penal del Tribunal Supremo entendieron que el magistrado no cometió ningún delito de malversación de caudales públicos y archivaron sendas investigaciones.
Ni esos 'capotazos' judiciales sirvieron para aplacar el vendaval en torno a las escapadas de fines de semana de Dívar. Día a día, se multiplicaban las voces, dentro y fuera de la Carrera Judicial, que reclamaban su dimisión.
Este jueves, tal y como estaba previsto, se ha cumplido el guion y Dívar ha puesto punto final a sus 43 años como miembro de la Judicatura. Lo ha hecho "con un dolor en el corazón muy grande" pero siendo consciente de que no podía seguir al frente del Poder Judicial. Según fuentes consultadas por Libertad Digital, Carlos Dívar ha explicado en el pleno a sus compañeros por encima de las personas "están las instituciones" y que él no sería "obstáculo" para el órgano de gobierno de los jueces.
Una "cruel" campaña contra Dívar
Las mismas fuentes aseguran que Dívar entiende que se ha orquestado una "cruel campaña" contra él pero también sabe que tras perder la confianza de la mayoría de vocales del CGPJ no podía seguir presidiendo la institución. Tampoco participará hasta que su renuncia se haga oficial en las comisiones de este órgano.
Tras la escueta y clara intervención de Dívar, de apenas quince minutos, tomó la palabra el vocal Fernando de Rosa, quien deberá ahora asumir la presidencia del Consejo.
El presidente en funciones habló en la sesión plenaria en nombre de los 20 vocales para reconocer y agradecerle de forma unánime a Carlos Dívar la labor que ha desempeñado durante su mandato en los últimos tres años y medio. Fueron las dos únicas intervenciones de un pleno en el que el resto de puntos en el orden del día se pospusieron a la próxima semana por respeto al juez.
Ya en rueda de prensa ante los medios de comunicación, De Rosa ha señalado que Dívar se ha mostrado este jueves "dolido" por la imagen que este escándalo ha provocado en la Carrera Judicial y, en concreto, en el órgano de gobierno de los jueces.
El vocal ha subrayado también que ahora se producirá una situación de interinidad en este órgano pero que "no habrá interinidad en el trabajo" y ha reiterado el compromiso del Consejo por nombrar a los sustitutos oficiales de Dívar.
De momento, al frente del CGPJ se quedará él, mientras que en el Alto Tribunal le sustituirá el presidente de Sala más antiguo del Supremo, el magistrado progresista Juan Antonio Xiol Ríos.
La renuncia de Carlos Dívar se hará efectiva cuando se publique en el Boletín Oficial del Estado. Previamente, Dívar deberá comunicar su decisión al Ministerio de Justicia y a la Casa del Rey.
Con setenta años de edad, y jubilado de la Carrera Judicial, lo único que podría aspirar Carlos Dívar en estos momentos es a ser magistrado emérito de la Audiencia Nacional.
En los próximos días comenzarán las negociaciones entre los vocales para elegir al nuevo presidente del Tribunal Supremo y el Consejo General de Poder Judicial. Fuentes de este órgano aseguran que se buscará un magistrado de reconocido prestigio y de consenso "porque no estamos para experimentos ahora".