Este sábado se hacía público que la Reina Sofía había adoptado una mascota, una pequeña perrita abandonada. Pocas horas después, en la edición de ABC de este domingo el ministro de Interior Jorge Fernández Díaz presenta a Lola, su perra de raza shih tzu nacida en 2008.
Con la excusa de presentar a su perrita Lola, el ministro cuenta que pasa los pocos fines de semana libres que tiene en Barcelona con el animal y con su esposa. Los domingos salen juntos a las nueve de la mañana, hacen un alto en la cafetería y pasean hasta la misa de doce. Pero añade en su relato Fernández Díaz, que todo lo hace "pese a la vigilancia constante de su escolta".
Es en este momento cuando hace una curiosa reflexión: "España es el país que tiene más personas protegidas de toda la UE; en realidad tiene más que todos los países de la UE juntos". Sin mencionar que España sufre la lacra asesina del terrorismo -que ha asesinado a más de 1.000 personas y herido o mutilado a miles de españoles- dice Fernández Díaz que lo que sucede es que "aquí se generalizó una cultura no de la protección, sino del estatus social, parecía que para cierta gente, no tener escolta era no ser nadie". Claro que Anna Grau, periodista que firma el reportaje, no le pregunta si lo que movió a tantos escoltas, concejales, políticos, periodistas, jueces o profesores universitarios asesinados por ETA, también fue mantener un "estatus social".
"Una costumbre" que, según dice, "ya no es necesaria". "ETA no declaró el cese de la violencia porque se haya convertido a la democracia o por razones éticas, sino porque se ha visto derrotada policialmente por el Estado de Derecho, la colaboración internacional, la Ley de Partidos; ya no tiene capacidad operativa", asegura.
Para el ministro del Interior, de eso a su disolución final sólo hay un paso: "Que partidos como Amaiur se lo exijan". No explica en cambio, cómo entra en esta ecuación la Ley de Partidos que aprobó el Ejecutivo de Aznar para evitar la existencia de partidos como Amaiur. Respecto a la vía Nanclares de reinserción de presos etarras, asegura que "la ley no ha cambiado ni va a cambiar, y aquí lo único que la ley contempla es la reinserción individual, que nunca sustituye al cumplimiento de la pena". Todo ello, dice, para que "salga de la cárcel una persona mejor de la que entró".
"Yo hacia las víctimas tendré siempre una actitud de respeto, compresión y cercanía". Tal y como asegura en ABC, pone la piel de gallina recordar "aquellos años durísimos en que los funerales se hacían clandestinamente", y señala que todavía se ven en la Audiencia Nacional "escenas lamentables de asesinos mofándose de los asesinados".