Hacía tres años que no se celebraba una cumbre bilateral entre España y Portugal. La arraigada tradición se interrumpió en la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, y ahora la retoma Mariano Rajoy dándole una importancia que no debe pasar desapercibida. Y es que ni más ni menos que diez ministros, de las carteras más importantes, acudirán junto a él a la ciudad de Oporto, completamente blindada ante la cita.
Los medios de comunicación lusos hicieron ya en la víspera una cobertura especial sobre el evento. De hecho, en sus informativos explicaron que parte del Ejecutivo de Pedro Passos Coehlo ya se encontraba en la ciudad preparando el encuentro. Según fuentes diplomáticas, la cumbre es considerada de “máximo riesgo”, y de ahí la abultada presencia policial, con avenidas cortadas de forma intermitente.
De la parte española también se señala con rojo la cumbre. Solo en cifras ya es llamativa: “Nunca ha habido tal movilización de ministros desde que el PP gobierna”, expone un portavoz gubernamental. Habrá en Oporto ocho ministros -de trece- y dos Secretarios de Estado. La comparecencia del presidente del Gobierno está prevista una vez concluya el encuentro, alrededor de las dos de la tarde.
Rajoy encontrará el país vecino, en voz de un miembro de su propio Consejo de Ministros, en una situación “muy complicada, con salarios públicos congelados, subida importante de impuestos y sin pagas extra”. De hecho, el Gobierno, en muchas ocasiones, expone el caso portugués -intervenido por la Unión Europea- para explicar las medidas emprendidas y dejar claro que, si fueran impuestas por Bruselas, serían mucho más duras.
El Ejecutivo viajará en un mismo avión a primera hora de la mañana del miércoles, informó la Moncloa. Allí serán recibidos por las más altas instancias del Estado portugués.