El suplemento Crónica de El Mundo publica este domingo un documento oficial de la cacería en la que participó el Rey de España el pasado día 11 de abril de 2012. El formulario, rubricado por dos personas, un funcionario del Ejecutivo y un representante de Johan Calitz Safaris, la empresa que organizó el viaje, contiene anotaciones que revelan sustanciosos datos sobre la polémica cacería.
Se trata de un documento oficial del gobierno de Botsuana. Cada elefante abatido en una cacería en su territorio lleva asociada una ficha completa. Themba Cliff Bitsan, director general del Okavango Kopano Molioro Community Trust (OKMCT) gestiona el sector NG32, y confirma que el Rey abatió un buen ejemplar, de los mayores que se han cazado este año.
En la cacería, tal y como revela Crónica, acompañaban al Rey un rastreador y un inspector del Gobierno, así como un cazador profesional, Terry Palmer. Palmer, sudafricano de 58 años, estaba ahí para abatir al animal en caso de emergencia, es decir, de un mal disparo que enoje al animal y le lleve a embestir contra la comitiva. El grupo que "escoltaba" al Rey ascendía a seis personas.
Con el Rey viajaban también sus dos compañeros habituales de cacería: la princesa alemana Corinna zu Sayn-Wittgestein y el multimillonario sirio Eyad Kayali, que corrió con todos los gastos. Un helicóptero los recibió en Botsuana y les trasladó a su destino final, Qotokwe.
Tal y como relata Crónica, Don Juan Carlos, Corinna y Kayali son de los mejores clientes de la reserva gestionada por Botswana Wildlife Managemente Association. Han viajado allí en diversas ocasiones y esta vez contaban con todos los permisos para cazar varios elefantes. El primero fue el del Rey, el segundo de Kayali, y el tercero podría ser para Corinna, tal y como infiere el diario. El tercer animal, sin embargo, quedó sin abatir, quizá debido a la caída del Rey a las tres de la mañana del viernes 13. No obstante, tras la marcha del Rey debido a su caída, Kayali se quedó en Botsuana, donde continuó con la cacería abatiendo un nuevo animal.
El rifle de Don Juan Carlos era un Rigby Express del calibre 470, con número de serie 19998, con un peso de cinco kilos y capaz de atravesar un muro de ladrillo como si fuera cartón. Pese a su experiencia previa con elefantes, Don Juan Carlos necesitó siete disparos para rematar la tarea. La presa tenía unos 50 años y pesaba varias toneladas.
El delta del Okavango, de 15.000 kilómetros cuadrados, es un área de gran riqueza cinegética y un laberinto de islas y ríos plagado de jirafas, cocodrilos, hipopótamos y elefantes.
Desde la reserva NG32 explican que no consta que el monarca haya pagado la tasa para conservar los trofeos del animal cazado el miércoles, por lo que lo más seguro es que no haya traído a casa ningún colmillo o pieza del elefante abatido, que queda así destinado a la comunidad local.
En Botsuana, la caza de elefantes está perfectamente regulada y goza de apoyo popular. Ayuda a regular la población de elefantes y evita que los animales destrocen los cultivos, evitando que dañen a otras especies protegidas. Además, alimenta a la población local, ya que su carne es distribuida entre los poblados de la zona.