El Gobierno encara una nueva semana decisiva, con varios frentes abiertos y un único fin: lograr la ansiada confianza que haga desaparecer el temor a la marca España, escenificado por una prima de riesgo disparada, en niveles de intervención, y con la Bolsa sumando números rojos día sí y día también. Para invertir esta situación, Mariano Rajoy sigue enviando, a todos los niveles, el mensaje de que tiene proyecto, y que lo está aplicando a la mayor celeridad posible, después de las muchas críticas concebidas por el retraso de los Presupuestos Generales del Estado.
En los próximos días se darán pasos importantes en las reformas que el Ejecutivo pretende aplicar en Educación y Sanidad, de las cuales hasta la fecha tan solo tenemos una cifra: 10.000 millones de euros en ahorro. La sanitaria será la primera e incluirá importantes novedades, si el ministerio que dirige Ana Mato consuma sus planes. Este miércoles, se reunirá con las comunidades autónomas y pondrá encima de la mesa la necesidad de implantar el pago farmacéutico en función de la renta. Queda, según las fuentes, completamente excluido el copago en la asistencia sanitaria.
En Educación, también se busca el consenso, si bien el Gobierno -tras estudiar los informes José Ignacio Wert- considera inviable que el modelo universitario actual se mantenga. Voces autorizadas hablan abiertamente de hacer "una poda" ante un sistema que, además, "no es ni de lejos el mejor desde el punto de vista académico". Una comisión independiente, presidida por la catedrática de Bioquímica Teresa Miras, ya trabaja en este sentido, con un plazo de seis meses. A nivel general, el ministro se cita este mismo lunes con los consejeros para recortar 3.000 millones, y que obligará a más alumnos por clase y más horas para los profesores.
El caso de RTVE
Por otro lado, la administración también se ocupa de otros frentes, como el de la eliminación de organismos públicos, con el que se está siendo "muy escrupuloso" para evitar posibles críticas. En junio, se insiste desde Moncloa, estará listo el estudio sobre las duplicidades.
Mientras, el equipo que dirige Soraya Sáenz de Santamaría estudia la posibilidad de modificar la ley para reformar RTVE, extremo éste que se vio alimentado en la reunión que Rajoy mantuvo con sus barones regionales el sábado, y en el que dirigentes como el gallego Alberto Núñez Feijóo fueron muy críticos con la labor informativa de la corporación. De igual forma, las televisiones autonómicas tendrán, en breve, una norma encaminada "hacia su privatización", según las fuentes consultadas.
Rajoy visita México y Colombia
En esa búsqueda incesante, en ocasiones desesperada, de que el país deje de ser puesto constantemente en duda, el jefe del Gobierno realiza esta semana -desde el martes- su primer viaje transoceánico para visitar México, donde participará en las sesiones de trabajo del foro Económico Mundial, y Colombia, invitado expresamente por su homólogo, Juan Manuel Santos.
"Buscamos recuperar la influencia perdida y dejar claro que España ha vuelto a la primera línea de la política internacional, también con sus socios naturales", afirman desde Exteriores, incluyendo un asunto que no es baladí visto lo visto en los últimos días: "De igual forma, será un momento muy propicio para defender y apoyar a las empresas españolas y sus inversiones en América Latina". Y es que el fuego originado por la ofensiva argentina, en pro de la nacionalización de YPF, parece estar controlado, pero ni mucho menos apagado. "Encauzado", según el ministro de Industria, José Manuel Soria.
El problema de la comunicación
Sin embargo, además de los mensajes mandados una y otra vez a Europa, de la agenda internacional del presidente, abultadísima desde que llegó a la Moncloa y a kilómetros de la de su predecesor; a pesar de ese objetivo "prioritario" de que la UE y, por ende, el resto del mundo empiecen a confiar en España, compren su deuda y la prima de riesgo se relaje, el Ejecutivo tiene un problema mucho más doméstico y que igualmente le preocupa sobre manera: explicar las "difíciles medidas" aprobadas y en camino.
En este sentido, María Dolores de Cospedal fue muy clara al término de la reunión del sábado, en la que las comunidades autónomas gobernadas por el PP se comprometieron a cumplir sí o sí con el objetivo de déficit: "No hay que dejarse llevar por algunos que llaman derechos sociales a lo que no lo son", afirmó, apostando por un sistema de prioridades para salvar lo básico, que el Gobierno limita a Educación y Sanidad.
El Ejecutivo y el PP se afanarán a fondo en esta tarea. Los primeros, en el Congreso, donde esta semana los plenos son sustituidos por comparecencias en comisión de altos cargos de los ministerios, que explicarán cómo están las arcas y por dónde irán los ajustes. En paralelo, el partido seguirá sirviendo "de escudo", y este mismo lunes la secretaria general se ha citado con los cargos orgánicos para apuntalar una estrategia.
Ahora bien, en un lado y en otro tienen clara una idea: "Al PSOE no le puede salir gratis la herencia recibida". Una herencia, explican los populares, recibida hace poco más de tres meses, con un déficit oculto de más de dos puntos a nivel nacional, sin contar con el pozo vacío encontrado en Castilla-La Mancha, Extremadura, Cantabria o Islas Baleares. "Rubalcaba lleva días dándonos lecciones y tenemos que explicar a los ciudadanos que estamos aquí porque ellos nos han llevado a esta situación. Tenemos que explicar que nadie confía en nosotros porque ellos mintieron de forma descarada hasta el final", exponen en los cuadros medios del partido.
En el Gobierno y en el PP admiten, también aquí, que algo falla cuando los socialistas "se atreven a dar lecciones". "Cuánto me gustaría no hablar de la herencia recibida", le espetó la vicepresidenta primera a Soraya Rodríguez cuando ésta le emplazó a no hablar más de en qué situación dejó el PSOE al país. El estribillo lo completó, al cierre de la semana, Cospedal: "Estamos en un momento de crisis muy difícil, en la peor situación económica que hemos tenido nunca, pero también sabemos que los españoles han depositados un caudal de confianza en el PP para administra esta situación". Y, en este sentido, saben que la comunicación es imprescindible.
Por un lado, recordar "quién es quién, qué hizo el PSOE y cómo lo dejaron todo". Por otro, explicar las "duras" y "difíciles" medidas porque, parafraseando un asesor de Moncloa al ministro Luis de Guindos, "si vienen otros a hacer el Presupuesto ya verán lo que es un ajuste". Y para ello, concluyen, las comunidades tienen que cumplir con el objetivo del 1,5% de déficit público en el presente año y el Gobierno con el 3% al cierre del próximo.