Cuando no se cumple ni un mes de las elecciones en Andalucía, se empiezan a conocer reveladores datos sobre en qué situación se encuentran las arcas de la Junta. Según informes a los que tuvo acceso el Partido Popular, el Gobierno de José Antonio Griñán mantiene en los cajones "al menos" 4.500 millones de euros en facturas pendientes de pago a proveedores.
Esta cifra se aleja en mucho a los peores presagios del Ejecutivo central, que ya de por sí auguraba irregularidades. Antes de los comicios, el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, cifró en 3.000 millones la deuda de la Junta, a la espera de que le remitieran nuevos informes con datos más actualizados. Oficialmente, Griñán asegura que el déficit público en la comunidad "seguramente será mayor del 1,4%", si bien Moncloa advierte que la cifra, "como mínimo", escala por encima del 3%.
Según el responsable económico del PP andaluz, Antonio Carmona, la situación de las cuentas es "crítica", a lo que se suma la "incapacidad" de la Junta para colocar las emisiones de deuda previstas. "El endeudamiento público y no público de Andalucía superará todos los límites", declaró Carmona, quien criticó que la consejera de Hacienda en funciones de la Junta, Carmen Martínez Aguayo, "está escondida y no explica las cuentas".
Las facturas sin pagar, afirma Carmona, "son de vértigo"; noticia que mantiene más en alerta si cabe al Gobierno central, que ha puesto junio como fecha límite para que las comunidades autónomas hagan las políticas necesarias para ajustarse el cinturón y llegar al límite de déficit público.