El aún presidente de la Junta de Andalucía ha vuelto a comparecer en rueda de prensa tras los comicios de este domingo, exhibiendo el mismo triunfalismo que en la noche electoral. "Hemos frenado la deriva política tras el 20-N", decía sonriente.
Sobre los posibles pactos de Gobierno con Izquierda Unida, Griñán no ha querido adelantar demasiada información y ha zanjado el asunto con evasivas: “Ya hablaremos entre ellos y nosotros” porque “aún no han empezado las negociaciones”, dijo.
Aún así, reconoció que “es evidente lo que queremos forjar, y es algo similar a los que ha dicho el pueblo andaluz en las urnas: que quiere un gobierno de izquierdas”, explicó. El socialista ha dicho que no sabe “cómo será” pero está seguro que “será un gobierno de izquierdas” aunque señaló que “veremos si es un gobierno con apoyo mayoritario”.
Además, se ha felicitado por la campaña electoral, que ha juzgado “todo un éxito” aunque algunos “no la entendieran, pero se ha hecho así precisamente para fortalecer un ‘nosotros’”. Griñán apuntó que su intención era que “modesta y humildemente que los andaluces tuvieran sentimiento de nosotros, sentimiento de que estaban haciendo un camino propio y no tenía que ser necesariamente el que estaba guiando su camino en toda España”.
Menos de veinte segudos es lo que ha dedicado el socialista en hablar sobre los escándalos de corrupción de la Junta. Griñán se ha limitado a decir que “lo que haya de ser, será” y ha prometido que “la misma intolerancia que tuvimos con cada supuesto de corrupción” es la que tendrán en adelante “caiga quien caiga, ya hemos demostrado que no hemos tenido problema en hacerlo”.