Mariano Rajoy volvió este jueves a pedir el voto casa por casa, puerta por puerta. En el penúltimo día de campaña electoral, se volcó en Asturias con una intensa agenda que lo llevó a las localidades de Llanes, Ribadesella y Villaviciosa. Si algo suele defender el presidente es que si hablara de tú a tú con todos los indecisos, lograría que votaran al PP. Y esto en el Principado se antoja decisivo para sus planes.
La estrategia de ir pueblo a pueblo no es nueva. La inauguró Rajoy en las elecciones gallegas, cuando montó una caravana paralela a la del candidato, Alberto Núñez Feijóo, recorriéndose toda la Galicia profunda. En esta ocasión, el plan quedó reducido a un único día, pero el jefe del Gobierno se empleó a fondo.
Se puede decir que los ciudadanos acogieron con cariño la comitiva popular, con Rajoy a la cabeza. Fueron decenas los besos y manos estrechadas. A todos, el presidente, en calidad de líder del PP, les lanzó el mismo mensaje: "Asturias no puede instalarse en el enfrentamiento", en un claro órdago a su antiguo compañero de gabinete, Francisco Álvarez Cascos.
Rajoy no dio puntada sin hilo y atacó al exministro cada vez que pudo, pero sin citarlo. En Ribadesella, por ejemplo, aseguró que discutir "solo sirve para crear mal ambiente, que es lo que no necesitamos". El mensaje es reincidente, en voz de cada uno de los dirigentes nacionales que se traslada a la región del norte: "Asturias no se puede convertir en una isla dentro de España", afirmó el miércoles Ana Botella, en referencia a Cascos, un buen amigo sin cámaras delante.
"Jamás se han convocado unas elecciones siete meses después de celebrarse. Asturias ha perdido un año de Gobierno, y en los tiempos que vivismo es perder mucho. Aquí se ha perdido un año y ahora hay que recuperarlo", insistió Rajoy, en otro ataque velado a Cascos. Para el PP, el único culpable de que la comunidad se quedara sin Presupuestos es el propio presidente.
Frente a ello, Rajoy ofreció las cualidades de su candidata, de perfil muy económico, y que -evidentemente- contaría con la complacencia del Gobierno central, como ha quedado de manifiesto con la visita de varios ministros. "Se necesita un rumbo claro, un objetivo común, dialogar", destacó, para incidir en que es necesario "el comienzo de una nueva etapa para la vuelta a la normalidad" de la mano de Mercedes Fernández. "No venimos a disputar con nadie sino a coger el toro por los cuernos. Discutir no sirve para nada, sino para crear mal ambiente, que es lo que hoy justo no necesitamos", remató.
El presidente pidió a los asturianos mirar en el espejo del Ejecutivo, y en concreto en su plan de reformas, para solemnizar que el PP sí tiene un plan contra la crisis. Citó expresamente la Ley de Transparencia que aprobará el viernes el Consejo de Ministros, en el marco de la "austeridad y respetar como nunca el dinero de los ciudadanos".
El objetivo final no es otro que conseguir más votos que Foro para así ir con ventajas en las negociaciones postelectorales. En Génova dan por descontado que no lograrán ser la principal fuerza política, por lo que intentarán que, esta vez sí, fructifique una alianza de centro-derecha con Cherines como presidenta. En el PP son muchos quienes piensan que si Cascos no logra repetir en el cargo, tirará la toalla. Rajoy insistió en arañar votos para conseguirlo: "Asturias no puede instalarse en el enfrentamiento, ni con los de dentro ni con los de fuera".