En Cádiz volvió a vivirse la imagen de unas instituciones volcadas en el respaldo a la Corona. En un momento especialmente delicado para la Casa de Su Majestad, con el caso Urdangarín aún hoy en todas las portadas de los medios, el monarca recibió el calor de todos los estandartes del Estado a través de un sonoro aplauso que duró más de un minuto.
Ocurrió tras su discurso, en el que renegó de Fernando VII, tal vez el peor Rey de la historia de España. Para apuntalar el espaldarazo a la Corona, el presidente del Gobierno fue claro en su discurso al afirmar: “La piedra angular del nuevo edificio constitucional llevó a que el poder se traspasase del monarca a la Nación” pero “reconoció la figura de la monarquía, refrendada en la Constitución de 1978, y que está hoy más viva que nunca”.
Rajoy no fue el único en aplaudir la figura de don Juan Carlos. En palabras de Jesús Posada, presidente del Congreso de los Diputados: “Permitirme agradecer vuestra vocación y entrega al servicio de España”.
Ya en la calle, nueva ovación a los Reyes, en este caso de los cientos de gaditanos que disfrutaron de los actos conmemorativos de la Pepa. “Viva el Rey”, se escuchó en más de una ocasión. La ciudad estuvo engalanada por decenas de banderas de España que se podían ver en los balcones de la ciudad.
El discurso de Rajoy
Por lo demás, el presidente del Gobierno también se refirió al ejemplo de los diputados que hace doscientos años redactaron y promulgaron en tiempos difíciles la Constitución de 1812 para afirmar que "en tiempos de crisis no hay que tener miedo a las reformas".
En su discurso en el solemne homenaje a los diputados doceañistas que presiden los reyes en el Oratorio San Felipe Neri de Cádiz, Rajoy destacó que los padres de la Constitución de 1812 enseñaron a los españoles que ante las dificultades "hay que tener la decisión y la valentía de hacer reformas". "El espíritu inmovilista se alzó frente al inmovilismo y la resignación en estas tierras andaluzas", aseveró, según recoge EFE.
Rajoy afirmó, además, que hoy hay que tomar como ejemplo la "admirable serenidad" y la "altura de miras" de los diputados doceañistas para lograr "el bienestar de los ciudadanos"