El presidente del PP Vasco, Antonio Basagoiti, planteó en la reunión que mantuvo el pasado 14 de febrero con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el Palacio de la Moncloa, el estudio de mecanismos legales para impedir el ingreso en la UE de una región que se desgaje e independice de un Estado miembro, informaron a Europa Press en fuentes conocedoras de la reunión.
Una de las alternativas que Basagoiti plantea es si es posible que los países miembros tengan capacidad de veto y, por lo tanto, puedan impedir el ingreso en la Unión Europea en el caso de que una de sus regiones acceda a la independencia. De esa forma, fuera de la Unión Europea, el nuevo Estado independiente tendría dificultades de todo tipo, empezando por la moneda, ya que no podría pertenecer al euro.
El objetivo del Partido Popular es que este asunto sea tratado con otros países europeos, con el objetivo de buscar una posición común, ya que España no es el único país de la UE que tiene movimientos independentistas. En especial destacan la situación generada en el Reino Unido respecto a Escocia, cuyo Gobierno negocia con Londres la convocatoria de un referéndum sobre la independencia.
Los sondeos apuntan a que si la consulta se hiciera hoy la opción de la independencia no prosperaría entre los escoceses, por eso el Gobierno británico prefiere que el referéndum se haga "más pronto que tarde" frente a los deseos del Ejecutivo escocés de llevarlo a cabo en 2014.
Incluso si los escoceses votaran a favor de la independencia, podría ser necesario que el Parlamento británico validara el resultado de la consulta. Pero independientemente de las incógnitas que quedan por despejar, lo cierto es que el sistema constitucional británico permite la secesión de sus territorios, de manera que Escocia podría alcanzar la independencia.
A partir de ahí, se abriría automáticamente el debate sobre su pertenencia a la UE. Aunque el Ejecutivo escocés cree que la independencia no les echará de la Unión, hay distintas interpretaciones al respecto, entre otras cosas porque no existe precedente alguno y la legislación comunitaria no prevé el escenario de que una región de un Estado miembro se independice.
Algunos expertos sostienen que si todos los Estados miembros estuvieran de acuerdo, Escocia podría pasar a ser automáticamente un socio de la Unión, mientras que otros mantienen que una Escocia independiente tendría que iniciar, como cualquier otro país candidato a ingresar en la UE, un proceso de adhesión que, además, un Estado miembro tendría derecho a vetar.