El Partido Popular inició este viernes su congreso nacional con un objetivo primordial, por encima de ningún otro: conquistar el último gran bastión del socialismo. Limpiar el patio andaluz hasta quedar como una patena, levantar alfombras para que los ciudadanos puedan volver a creer en las instituciones. El capitán al mando no es otro que Javier Arenas, un histórico de la formación, con poder inmenso de puertas para adentro, y que admite que ésta es su batalla final.
La situación que atraviesa Andalucía es aterradora tanto en lo económico -más de un millón de personas están en el paro- como en el marco administrativo. Tanto es así que al coordinador económico del PP andaluz, Rafael Carmona, le faltaba tiempo para enumerar las razones por las que José Antonio Griñán no debería haberse presentado como candidato. El Gobierno cual cortijo, con el dinero de todos en manos de unos pocos. En total, los populares han contabilizado más de 1.050 millones de euros públicos utilizados de forma fraudulenta. Pero advierten de que serán muchos más, habida cuenta de que los casos de corrupción se multiplican y las aseguradoras no han cobrado en muchos de los casos.
Los informes económicos del partido incluyen hasta tres fondos de reptiles, que afectan a las consejerías de Empleo e Innovación. Todo nació del caso Mercasevilla, dejando entrever una trastienda que no hizo dimitir a Griñán. Los beneficiados: empresas próximas al PSOE, que en muchos casos "no hacían nada de lo que decían que iban a hacer con el dinero", destinado -por ejemplo- a incentivar puestos de trabajo. También ayuntamientos, todos de siglas socialistas, que percibían por proyectos que no veían después la luz.
Es la tela de araña andaluza, que Pedro de Tena ilustra en este diario. Como los ERE irregulares; dinero para desempleados que se quedaba en bolsillos de "amigos" del PSOE. O presupuestos destinados a empresas de formación que incluían una caja B para los miles de euros desviados. Se vieron afectados discapacitados, personas sin empleo...
La trama del Plan Bahía es uno de los últimos escándalos: la Junta, la Diputación de Cádiz e, incluso, el Gobierno, dieron 25 millones para la creación de una serie de industrias de las que nunca más se supo. También está el caso Invercaria, una sociedad de capital y riesgo, con un total de cincuenta millones sin control alguno para próximos al PSOE... la lista parece interminable.
A todo ello se tendrá que enfrentar Arenas, si finalmente es elegido, como así auguran todas las encuestas. Las últimas, incluso, le dan la victoria en Sevilla, terreno vedado que se le resistió hasta en los comicios generales. El candidato del PP ya ha anunciado una verdadera revolución de puertas para adentro si es presidente, empezando por una poda al estilo de las que están acometiendo José Ramón Bauzá en Baleares o Luisa Fernanda Rudi en Aragón. Los sindicatos también dejarán de ser los grandes privilegiados. La cuenta atrás ha comenzado para el 25 de marzo.