A una semana del Congreso que decidirá en Sevilla el futuro del PSOE, El País abre su suplemento Domingo con Carme Chacón. La elección podría sorprender, dada la predilección del diario de PRISA por su rival, Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero desde el titular “Chacón y compañía” y el subtítulo “El influyente entorno de la aspirante a la secretaría general del PSOE levanta profundas suspicacias en un sector del partido”, queda claro que se trata de un ataque a la línea de flotación de la candidata en la recta final de la batalla por el liderazgo socialista.
Un ataque que señala directamente a Miguel Barroso, el que fuera primer secretario de Estado de Comunicación de Zapatero y hoy marido de Chacón. El reportaje recuerda que Barroso y Rubalcaba son viejos conocidos, pues ambos trabajaron en el Ministerio de Educación, a las órdenes de José María Maravall, en el Gobierno de Felipe González. El destino les vuelve a juntar años después trabajando estrechamente con Zapatero, y ahí se inmiscuye Chacón, que comenzó a ser una diputada muy activa precisamente en el área educativa. Según El País, en aquella época “nace un triángulo, Rubalcaba-Chacón-Barroso, a partir del cual se van a explicar muchas cosas en el PSOE. Hechos que han sucedido y hechos por suceder”.
Ministro consorte
El País recuerda cómo, tras abandonar en 2005 el Gobierno, Barroso dejó cerradas las líneas maestras de “su gran obra”, particularmente “el reparto de nuevas licencias de televisión digital (TDT). Antiguos socios y colaboradores suyos se contaban entre los beneficiarios de las nuevas emisoras, sobre todo por lo que respecta a La Sexta y a la productora Mediapro”. Pero para el diario de PRISA nunca ha dejado del todo la actividad política, ya que “se convirtió en una figura que sobrevolaba por entre los gabinetes de Chacón”.
Según la versión de la pieza, que firma Luis Gómez, el matrimonio de la exministra de Vivienda y Defensa es, para muchos altos cargos socialistas, la cúspide de un conglomerado de intereses variados que son los que han hecho perder músculo al partido. Y ello, según dicen fuentes anónimas del PSOE, justifica que Rubalcaba pelee la semana que viene en Sevilla por el liderazgo de la formación. Dentro de ese conglomerado destaca el dúo formado por Barroso y Javier de Paz, conocido como “PSOE S.A.”. De Paz es uno de los mejores amigos personales de José Luis Rodríguez Zapatero (entraron juntos en el coche oficial en Ferraz la noche de las últimas elecciones municipales) y aunque empezó liderando en los ochenta las juventudes socialistas, posteriormente ha hecho una carrera en los márgenes de la política hasta terminar de alto cargo en Telefónica.
A ese PSOE S.A. le reprocha una de las fuentes internas que cita El País que los medios de comunicación que impulsó hayan terminado en la quiebra, como el diario Público, o en manos del grupo Planeta, como La Sexta. Y sobre Barroso, actualmente consejero delegado de la multinacional de publicidad Young & Rubicam, asevera el rotativo de PRISA lo siguiente: “Aunque siempre ha hecho ostentación de saber separar entre su actividad privada y su parcela política, la compañía ha realizado muchas campañas institucionales aprobadas por el Gobierno central o las autonomías socialistas. Una de las últimas, contratada por el Principado de Asturias cuya gestión fue facturada a través de terceras empresas, que es un procedimiento habitual para evitar incomodidades”.
El factor Gertrudis
Otro de los reproches que, según El País, hacen muchos en el PSOE a la candidatura de Chacón a la secretaría general, es que “la operación estaba diseñada en La Moncloa, fuera de La Moncloa y, en cualquier caso, al margen de las áreas del partido”. Y por eso se ha producido un gran trasvase de antiguos fontaneros de La Moncloa al equipo de campaña de Chacón. Entre ellos Gertrudis, la secretaria personal del expresidente del Gobierno. Alguien a la que se describe así: “dueña de una de las mejores agendas del partido, una persona que, según dicen, odia a José Blanco y a Rubalcaba”.
A una semana del Congreso de Sevilla, y después de que Felipe González se haya decantado pro Rubalcaba, la batalla por el liderazgo socialista se juega con gran intensidad en todos los frentes.