La titular del Juzgado de Instrucción Número 43 de Plaza de Castilla (Madrid) Coro Cillán ha tomado declaración este viernes a dos empleados de la fábrica de explosivos Maxam que el 11 de marzo de 2004 se reunieron con el que era jefe de los Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano, en la Unidad Central de la Policía en Canillas.
En sus testimonios, a los que ha tenido acceso Libertad Digital, los trabajadores –cuyas iniciales se corresponden con D.F.G y A.A.V- han manifestado que su empresa les ordenó el día de la masacre que acudieran al complejo policial de Canillas. Permanecieron allí unos "veinte o veinticinco minutos", reuniéndose en una sala con "cuatro o cinco" miembros del Tedax. Estos les enseñaron unos detonadores "que decían que habían encontrado en una furgoneta en Alcalá de Henares". Tras observarlos y hablar con su empresa, concluyeron que estaban realizados con aluminio y cobre, y que los de cobre lo normal era que procedieran de alguna mina de carbón, puesto que se usan en ese tipo de aplicaciones.
Los dos empleados de Maxam relataron también ante la juez Cillán que era la primera vez que les hacían acudir a Canillas y que la orden de ir al complejo policial se la dio a ellos el entonces director general para Europa de la empresa. Dijeron, asimismo, que no recordaban si habían tenido que firmar en algún registro de entrada, ni que se levantara acta de la reunión.
La primera contradicción con lo declarado en el juicio del 11-M por el comisario Sánchez Manzano se produjo al ser preguntados sobre si, además de los detonadores, se les había enseñado algún cartucho de Goma2-ECO. La contestación fue rotunda: "No me enseñaron ningún cartucho de Goma2-ECO. Yo soy experto en detonadores, no en explosivos".
Eso contrasta con lo que Sánchez Manzano dijo ante el tribunal presidido por el juez Gómez Bermúdez. Durante la celebración del juicio del 11-M en la Casa de Campo, el exjefe Tedax aseguró que al hallar en una furgoneta Kangoo un "trozo de cartucho", llamaron a los trabajadores de Maxam para que identificaran si los explosivos habían sido producidos en su empresa, a lo que ellos señalaron que sí y "que era Goma2-ECO".
Pero la declaración de los expertos de Maxam deparó otra sorpresa, que viene a contradecir toda la secuencia horaria de la versión oficial. Uno de ellos afirmó que, aunque fueron a Canillas por la tarde, recibieron a las 10:30 de la mañana la orden de desplazarse al complejo policial, lo cual discrepa completamente de las horas a la que nos dicen que aparecieron las primeras pruebas sobre la autoría del 11-M.
En concreto, en la mañana del 11-M se encontró en Alcalá de Henares una furgoneta Kangoo, que fue inspeccionada por dos perros distintos sin que encontraran ningún rastro de que en esa furgoneta hubiera explosivos, ni de que los hubiera habido alguna vez.
No obstante, la furgoneta de Alcalá fue llevada al complejo policial de Canillas, donde hizo su entrada oficialmente a las 15:30. Y es allí, en el complejo policial, donde "aparecen" en la furgoneta 7 detonadores, un resto de cartucho Goma2-ECO y una cinta coránica.
¿Cómo es posible que a los empleados de Maxam les dijera su jefe por la mañana que fueran a Canillas a reconocer unos detonadores, si los detonadores no aparecieron hasta varias horas después?
¿Cómo pudo alguien solicitar por adelantado a Maxam su colaboración, para reconocer unos detonadores que aún no habían aparecido?
Como ya informó Libertad Digital en su día, la furgoneta Kangoo llegó al complejo policial de Canillas, según el testimonio del conductor de la grúa que la transportó, una hora antes de lo que los registros oficiales señalan. Es decir, que la furgoneta estuvo "perdida", a efectos oficiales, más de una hora, lo que apuntala las sospechas de que los efectos supuestamente encontrados en la furgoneta pudieron haber sido "colocados" en el propio complejo policial. No se puede explicar de otro modo que los perros no olieran por la mañana ese resto de cartucho de Goma2-ECO que aparecería después.
Ahora, la declaración de los empleados de Maxam viene a añadir más datos que apuntan a la procedencia espuria de aquellas primeras "pruebas" encontradas tras la masacre.