El proceso de radicalización nacionalista en los lugares donde gobierna el brazo político de ETA sigue su camino. Según publica este sábado el diario El Mundo, el Gobierno foral de Bildu en Guipúzcoa creará un censo de vascoparlantes con el objetivo de mantener una relación exclusivamente en euskera en sus relaciones administrativas con las personas que constaten su condición.
Dicen los impulsores de esta iniciativa que "ayudará a los que quieran vivir sólo en euskera". De momento, PP y PSOE han denunciado este registro. Dicen que se trata de una iniciativa que pretende "clasificar a los guipuzcoanos". Como es lógico, si se hace un censo de vascoparlantes, queda automáticamente listado el de castellanohablantes. O más bien, el de los ciudadanos que prefieren seguir hablando español.
Lo cierto es que existe el temor a que el censo implique un castigo de exclusión contra el castellanoparlante. Un temor que ha empujado a la portavoz socialista en las Juntas Generales, Rafaela Romero, a registrar en el Parlamento foral una decena de preguntas dirigidas a Martín Garitano para que explique pormenorizadamente la finalidad del censo lingüístico.
Mientras, el director de Euskara, Zigor Etxeburra, responde que el registro va a permitir a la Diputación dotarse de un instrumento que nos permite incidir en promover que las personas vascoparlantes vivan en Euskera. Además, rechaza que sea obligatorio detallar el nivel de conocimiento y será voluntario. Por otro lado dice que "los castellanoparlantes seguirán recibiendo los escritos en las dos lenguas oficiales", aunque apostilla que no ser vascoparlante "tendrá diversas consecuencias" a nivel general.