El presidente de la Fundación DENAES, Santiago Abascal, no volverá a la política en el País Vasco. Ésta es la promesa que ha firmado por escrito al líder de los populares vascos Antonio Basagoiti. Según publica El Mundo y ha confirmado Libertad Digital, fue el propio Basagoiti quien requirió a quien fuera uno de sus hombres de confianza que renunciase a la política vasca como condición para que Carlos Urquijo fuera nombrado delegado del Gobierno.
La cercanía de Santiago Abascal a María San Gil y la firmeza en la defensa de los principios que acuñó el partido bajo la dirección de la misma han terminado convirtiéndose en moneda de cambio para el nombramiento de Urquijo, no siempre muy querido por Basagoiti.
Según estas fuentes, amplios sectores del PP temían que con el nombramiento de Urquijo, los llamados "sangilistas" como Santiago Abascal volvieran a la política vasca. Las mismas fuentes indican que el posible regreso de Abascal molestaba a algunos primeros espadas del PP vasco actual dada su oposición a políticas aperturistas hacia el PNV o al mantenimiento del pacto con el PSE después de su negociación con ETA.