El mensaje navideño del Rey había levantado especial expectación este año merced a los problemas que atraviesa la Casa del Rey de manos del Duque de Palma, Iñaki Urdangarín. Hasta las casas de juego por internet habían introducido apuestas sobre el discurso del Monarca, si iba a hablar o no de Urdangarín, e incluso si saldría con sus últimamente habituales gafas de sol. Bien, finalmente apareció sin las gafas de sol, pero sí que envió un mensaje indirecto a su yerno.
Comenzó diciendo que iba a dirigirse a los españoles "con sinceridad y realismo, sin eludir los problemas". Y lo ha hecho, al menos en lo que se refiere a las sospechas que pesan sobre su yerno.
Después de referirse –como cada año últimamente- a las elevadas tasas de paro y a la dureza de la crisis económica y financiera –"que exige de la generosidad y solidaridad de todos", ha insistido una y otra vez- ha dicho estar preocupado por "la desconfianza que parece estar extendiéndose en la opinión pública sobre algunas de nuestras instituciones".
Distancia con Urdangarín
Y aquí sí tenía Don Juan Carlos reservado el párrafo para su yerno, con quien, sin citarle, ha marcado claras distancias:
"Necesitamos ejemplaridad, seriedad y rigor en todos los sentidos. Todos, sobre todo las personas con responsabilidades públicas, tenemos el deber de observar un comportamiento adecuado, un comportamiento ejemplar.
Cuando se producen conductas irregulares que no se ajustan a la legalidad o a la ética, es natural que la sociedad reaccione. Afortunadamente vivimos en un Estado de Derecho, y cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley. La justicia es igual para todos."
A continuación ha dicho que "no debemos generalizar los comportamientos individuales" ya que, según ha señalado, se puede cometer "una gran injusticia con la inmensa mayoría de servidores públicos" y también "de empresarios o trabajadores del sector privado". "De lo contrario, se podría causar un grave daño a instituciones y organizaciones que son necesarias para la vertebración de nuestra sociedad", ha dicho.
La figura del heredero
También ha llamado poderosamente la atención, en el tramo final de su discurso, y justo después de agradecer el interés de los españoles por sus achaques de salud, "felizmente recuperada", la mención a su hijo, el heredero Príncipe de Asturias. Según sus propias palabras:
"En este tiempo, he podido apreciar, aún más si cabe, el rigor y el acierto con que mi hijo, el Príncipe de Asturias, me acompaña como Heredero de la Corona en el servicio a los españoles y a España, a su democracia, a su Estado de Derecho, a sus libertades, a su unidad y su diversidad, y a la defensa de sus intereses en todo el mundo."
Recuerdo para las víctimas
Un papel muy destacado en el discurso de Su Majestad lo han jugado las víctimas del terrorismo. El Rey ha dedicado un "recuerdo emocionado a quienes más han sufrido esta tremenda injusticia, las víctimas del terrorismo"
Sobre ellas ha dicho que "nuestra sociedad tiene contraída una permanente deuda de gratitud con el sacrificio y el dolor de todas las personas que perdieron la vida, quedaron mutiladas, fueron extorsionadas o se vieron obligadas a abandonar su tierra".
Al evocar su memoria, ha mostrado su deseo de "poner de manifiesto su dignidad y compartir su sufrimiento y el de sus familias, que siempre contarán con nuestro apoyo, solidaridad y afecto. Este es nuestro firme compromiso, para recordar que su sacrificio no ha sido en vano."
Además, para quienes pretenden equiparar a víctimas y verdugos, el Rey ha mandado otro mensaje: "El compromiso de una sociedad libre que no se deja amedrentar, que exige justicia y reparación para quienes fueron víctimas de la violencia por no querer someterse a la dictadura del terror."
Cambio de Gobierno
En otro momento del discurso también se ha referido al reciente cambio de Gobierno en España. En este sentido, mantiene su intención de ser "símbolo de unidad y permanencia del Estado" y "seguirá haciendo todos los esfuerzos necesarios a favor de una convivencia integradora"
Por último, para hacer frente a los "duros desafíos" que se nos vienen encima, ha hecho un llamamiento "a la unidad de todos los españoles".
Ni una palabra de Amaiur
Aunque en algún momento sí que se ha referido al fracaso de quienes pretenden imponer la violencia, no ha hecho ninguna mención a uno de los acontecimientos que sin duda han marcado 2011 y la despedida del Ejecutivo Zapatero del Gobierno: la entrada del brazo de ETA en las instituciones y, más concretamente, en el Congreso de los Diputados.