Iñaki Urdangarín hizo caso omiso de la orden de la Casa Real de abandonar todos sus negocios y a través de la Fundación Deporte, Cultura e Integración, destinada a niños discapacitados y con cáncer ingresó en dos años más de 420.000 euros.
Según informa El Mundo percibió el primer año de administraciones públicas y empresas privadas un total de 270.000 euros. El segundo recaudó otros 150.000 euros. Sin embargo, pese a que el objeto era destinar el dinero a fine sociales acabó centrando sus esfuerzos en el desvío de fondos obtenidos por el Instituto Nóos a paraísos fiscales de Belice y el Reino Unido.
Con esta fundación se hicieron con el control de la entidad De Goes Center for Stakeholder Managament, empresa que montaron tanto en España como en el Reino Unido e hicieron depender de una matriz en Belice gestionada por un testaferro panameño.
Además, durante los registros practicados por la Policía Judicial fueron intervenidos numerosos correos electrónicos en los que se analizaba exhaustivamente la legislación que rige las fundaciones con la intención de destinar "lo mínimo" que se pudiera a fines sociales.
En este sentido, también fueron confiscadas chequeras del Instituto Nóos que se custodiaban en la sede de la fundación de niños discapacitados. En estos talonarios aparecían anotaciones a mano que revelan una serie de pagos directos desde esta fundación a "De Goes Londres".