En la sesión de investidura de hoy el protagonista era 'Mariano', pero la cita clave era la de 'Alfredo'. Era él quien se jugaba algo; quien debía una demostración a los suyos; quien incluso, según algunos, tomaría la decisión de presentarse al 38º Congreso del PSOE en Sevilla, en función del afecto, el entusiasmo y la emoción que percibiera de su bancada.
Y ésta no le ha defraudado. Antes incluso de tomar la palabra en la tribuna de oradores, el derrotado candidato a La Moncloa, recibía la ovación cerrada del grupo parlamentario socialista durante más de dos minutos. Comenzaba nervioso, rebajando el tono, “más constructivo”, pero hablando deprisa, amoldándose al papel de la oposición y a sus tiempos, que son claramente inferiores a los del Gobierno al que él estaba acostumbrado.
Su grupo le interrumpía constantemente con aplausos que adornaban sus frases más redondas. Hasta tal punto que el propio Rubalcaba ha tenido que pedirles que parasen: “Es que no me da tiempo”.
Terminada su intervención, réplica y dúplica, ha vuelto a su escaño recibiendo las felicitaciones de muchos de los suyos. Otros lo hacían en el pasillo, ante las cámaras. Era el caso del disputadísimo Eduardo Madina. El secretario general del grupo parlamentario del PSOE, a quien Rubalcaba y Chacón intentan desde hace meses ganarle para su causa, sin éxito. Madina se mantiene neutral, entre dos aguas, aunque hoy se declaraba encantado al responder cómo había visto a Rubalcaba como líder del PSOE:
“Yo creo que no hay más que verle, ¿no?”, sonreía. “Ha estado muy por encima del que sabemos que va a ser el próximo presidente del Gobierno; ha levantado al grupo parlamentario; ha fijado bien cuales son nuestros criterios de oposición; ha resumido bien lo que mi grupo quiere hacer que es colaborar con quienes tengan responsabilidad de gobernar, y no al revés como hizo el PP en la oposición...” Madina decía que el PSOE está “preocupado por los silencios de Rajoy que esperemos que algún día le ponga voz y nombre propio”. Y sobre los suyos con Rubalcaba, terminaba: “El grupo ha aplaudido. Estamos contentos”.
El único que no aplaudía en la bancada socialista, al menos en la última intervención de Rubalcaba desde su escaño, era su antaño jefe en el Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien, a su salida al pasillo opinaba sobre el debate y la intervención de su ex número dos. “Bien, bien. Ha estado bien el debate”.