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De los ministrables a silencios como el 11-M

Mientras Rajoy hablaba, su grupo comentaba. Varios titulares, y teléfonos sin sonar. Incluso hubo hueco para el 11-M.

El Partido Popular salió en tromba a aplaudir a su líder. En la bancada del PP se pasó de la emoción por unas “palabras de Estado” a la euforia por visualizar a un Mariano Rajoy “en alza” frente a un Alfredo Pérez Rubalcaba en “caída libre”.

Tras ver en el papel el plan de regeneración nacional y, en concreto, los plazos que se da el futuro presidente, el primer titular que sacan en el PP es que Rajoy convierte de facto a su Ejecutivo en una “locomotora”. “Lo que vamos a currar, nosotros y vosotros”, arguyó un cargo de su gabinete, que se trasladará a La Moncloa. “Todos tendremos que arrimar el hombro”, recalcó Pío García Escudero, que formó parte de la amplia delegación del partido que se desplazó a la Carrera de San Jerónimo, compuesta por la casi totalidad de barones regionales -como Esperanza Aguirre, Luisa Fernanda Rudi o Alberto Fabra-.

Javier Arenas vio en las palabras de Rajoy el “100%” del programa electoral y exclamó que “ojalá sea verdad” que desde las filas socialistas van a arrimar el hombro. La mayoría, eso sí, no se lo cree. Y la inmensa totalidad confiesa que su teléfono aún no ha sonado para conformar el nuevo gabinete.

A mí dejarme aquí, en mi escaño”, respondía Ana Mato, casi a la carrera. Y así uno a uno, pese a que ya hay movimientos interesantes. Cuentan algunas fuentes del partido que el ministro de Economía “ya sabe quién es”. “Los secretarios de Estado, cargos de confianza y demás son otra historia”.

En los pasillos también se habló de los silencios. “Que sí, que va a meter a ETA”, auguró un miembro del aparato tras la exposición inicial. Finalmente no lo hizo, y su entorno explica que el objetivo a partir de ahora pasa por ignorar a Amaiur.

Eso no quita para que Rajoy sí que vaya a “cumplir”. El que no le de publicidad no significa que no le de importancia a esos “otros temas”, en los que también se incluyen las irregularidades demostradas sobre el juicio del 11-M. “Se dijo que Amaiur no tendría grupo y no lo ha tenido, éste es un buen ejemplo”, arguyen fuentes del entorno del líder. Recientemente, Esteban González Pons se comprometió a la búsqueda de la verdad.

Pero, en conclusión, la percepción general fue de alivio porque es “el inicio del fin” y “por fin podremos empezar a trabajar”. Lo que los populares ansían es que “esto acabe cuanto antes”, como si no estuvieran disfrutando de unos momentos que, en otras circunstancias, sería todo un paseo militar para grandeza del partido ganador.

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