En la misma calle Ferraz admitían el perfil "continuísta" de su propuesta para la Mesa del Congreso y del Senado. No en vano, los cargos, adelantados en primicia por Libertad Digital, son "provisionales -dicen en el PSOE- hasta el 38º Congreso de Febrero. Y hasta que se acerque esa fecha, el partido está silente. Mucho más preocupado por los nombramientos del PP, como el nuevo presidente de las Cortes, Jesús Posada, que saldrá elegido por el Congreso previsiblemente mañana en la sesión constitutiva de la Cámara Baja. "Es una persona dialogante y le deseamos el mejor acierto. Tiene una vertiente institucional muy acertada, que es positiva para el diálogo que tiene que haber en un Parlamento", decía Marcelino Iglesias tras la reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE.
Ante esta "provisionalidad" de las directivas parlamentarias socialistas, lo que más centra la preocupación y ocupación del PSOE es la próxima cita parlamentaria: la sesión de investidura de Mariano Rajoy, en la que Alfredo Pérez Rubalcaba esbozará sus líneas maestras de oposición y el tono con el que la llevará a la práctica.
"Que nadie espere más que un debate desde la responsabilidad, de alguien que ha gobernado, que sabe bien el momento difícil en el que estamos y de defensa a ultranza de las políticas sociales", respondía Marcelino Iglesias a la pregunta de LD. A juicio del secretario de organización del PSOE, "que nadie espere un debate de Rubalcaba con los pies fuera del tiesto. Alfredo actuará desde alguien que conoce muy bien el momento en el que estamos pero, desde luego, será un debate desde la oposición y la exigencia".
En este sentido, prometía que "actuar desde la oposición responsable no quiere decir que no vayamos a hacer oposición". Y en lo que ésta va a consistir lo ha desvelado el propio Rubalcaba en la reunión de la Ejecutiva Federal. Intervención que depende del devenir de la economía, porque el candidato es consciente "de que no sabemos el contexto en que se va a producir", sobre todo, "la situación tan vertiginosa que se vive en Europa. Esa situación difícil, compleja, va a condicionar también el final del debate. La posición de él como representante del PSOE", adelantaba Iglesias.
No será, por tanto, un debate bronco, pero sí habrá un mensaje muy directo al futuro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy: "se ha acabado el tiempo de las vaguedades y de las inconcreciones. Hemos llegado al momento de la verdad y esperemos que el señor Rajoy nos explique que quiere hacer con concreción".
La misma concreción que promete el PSOE que dicen tener bien claro lo que no harán. "Lo que no vamos a hacer nunca es la oposición que hemos tenido que soportar en estos años en los que el PP estaba en la tesis de cuanto peor, mejor. Nosotros sabemos que nuestro adversario, nuestro enemigo, es la crisis, no el Gobierno. El Gobierno de España no es nuestro enemigo ni va a ser nuestro enemigo".