Hasta el momento, la operación Babel que dirige la Fiscalía Anticorrupción no había detectado indicios de delito ni malversación en la empresa Aizoon, propiedad al 50% del duque de Palma y de la Infanta Cristina. Hasta ahora, sólo había quedado demostrado que Aizoon funcionaba recibiendo trasvases de dinero del Instituto Noòs, con los que posterioremente adquiría propiedades inmobiliares. Pero la empresa, en cuyo consejo de Administración figura la hija del Rey, tenía una labor que iba más allá de un simple instrumento de Noós para desviar los fondos.
Según informa El Mundo, era la "especie de ONG" que presidía Urdangarín –así la llama el juez Castro que instruye el caso- la que recibía los millonarios pagos de las adminsitraciones por la organización de ciclos y conferencias y asesorías diversas. Posteriormente, Aizoon cargó facturas a Noòs con las que se desvió una cantidad que ya supera los 600.000 euros.
Pero además, Aizoon también contrató directamente con la Administración pública la elaboración de informes y estudios, cuanto menos, "dudosos". Como ejemplo puede señalarse el que redactó para el Ayuntamiento de Alcalá de Henares, que no sobrepasa los 20 folios y está lleno de erratas, frases hechas y vaguedades. El documento se limita a explicar cómo se crea una fundación, y por el que Aizoon cobró 7.000 euros al consistorio. En realidad, parece ser que la intención del duque de Palma no era hacerse con esa cantidad, sino convencerles de que crearan una entidad de ese tipo y le encomendara la gestión de sus actividades por otros 30.000 euros.