Diez mil euros. Eso es lo que cuesta cada uno de las reuniones de trabajo que han protagonizado en el último año el abogado sudafricano Brian Currin y su grupo de mediadores, que conforman el denominado Grupo Internacional de Contacto (GIC), que propugnan una negociación entre el Gobierno y ETA que permita un final del terrorismo en España sin vencedores ni vencidos.
Estos datos fueron facilitados este jueves por Paul Rios, coordinador de Lokarri, el colectivo cívico que ha servido de cicerone durante los últimos años al mediador sudafricano. El origen de la organización se sitúa tras la disolución de Elkarri y la marcha del que fuera alma mater de esa organización durante más de veinte años, Jonan Fernández, para dirigir Batetik, el Centro de Estudios y Proyectos por la Paz que la Orden de los Franciscanos abrió a mediados del año 2006 en el guipuzcoano Santuario de Nuestra Señora de Aránzazu.
Esos 10.000 euros por reunión van destinados al pago del desplazamiento y el alojamiento (hoteles y comida, según especifican) de unas siete personas (los seis negociadores y un representante de Lokarri) que han acudido a cada reunión. Además, también incluye el coste del alquiler de las salas donde se han producido los encuentros, el alquiler de los equipos de traducción y el pago de las dietas, que cifran en 500 euros.
La propia organización asegura que hasta el momento se han producido ya seis encuentros, algunos en la comunidad vasca y otras en otras localizaciones no desveladas, lo que eleva el gasto en reuniones hasta 60.000 euros.
A esto, habría que sumar unos 35.000 euros que han ido en su mayoría a parar directamente al bolsillo de Brian Currin, en lo que Lokarri justifica como "labores de secretaría técnica y coordinación del GIC". En total, 95.000 euros destinados a las actividades del grupo de negociadores.
Asimismo, hace público el coste de la famosa conferencia de San Sebastián, en la que los mediadores internacionales pidieron la apertura de un nuevo proceso negociador y equipararon a víctimas y verdugos. Según dicen, "todos los gastos de logística, organización y desarrollo de la Conferencia Internacional, así como el alojamiento y desplazamiento de los miembros del GIC ha sido pagado por Lokarri, excepto el catering que se ofreció a los invitados, que fue costeado por el Ayuntamiento de Donostia. El total final de los gastos de la Conferencia ha sido 70.478 euros".
El colectivo cívico dice que ninguno de los encuentros de los mediadores ha sido sufragado por dinero público, sino que el dinero destinado para ello ha sido sufragado, en buena medida, por sus propias arcas: "gracias a las aportaciones de nuestros más de 2.000 socios, que aportan, al menos, 140 euros al año". También reconoce otra fuente de financiación, las aportaciones de la fundación Joseph Rowntree Charitable Trust, que destinó para 2011 una bolsa de 50.000 libras esterlinas para financiar este proceso mediador, y del que Lokarri dice haber utilizado ya 35.000 euros.
Esa misma fundación, de inspiración cuáquera, ya dio dos subvenciones a Brian Currin en 2007 y 2009, respectivamente, para que desarrollase sus labores de intermediación en el "Proceso de Paz de España-País Vasco". La cuantía de ambas subvenciones fue de 30.000 euros.