Los dilatados plazos que se han fijado para el traspaso de poderes, retrasarían hasta prácticamente la Nochebuena el primer Consejo de Ministros del nuevo Gobierno. Algo difícilmente comprensible por una opinión pública que dio un mandato claro a Mariano Rajoy en las urnas para que acometa las reformas y tome las medidas que España necesita para salir de la dramática situación económica en la que se encuentra.
Constitucionalmente no habría ningún impedimento para que se acelerara el proceso. En su artículo 68 la Carta Magna dice que las nuevas Cortes deberán ser convocadas en los 25 días siguientes a la celebración de los comicios. El Gobierno, en su Real Decreto de convocatoria de elecciones apuró este plazo al máximo, fijando la constitución del nuevo Congreso para el 13 de diciembre. Esa era la costumbre hasta ahora, pero ningún cambio de Gobierno se había producido en circunstancias tan excepcionales.
El clamor existente en la opinión pública, que no entiende que ante la urgencia que requieren las reformas, haya que esperar más de un mes a que el nuevo Gobierno tome posesión ha provocado que desde Moncloa se estén plateando adelantar los plazos. Sin embargo, se habla de dos o tres días, que sería siendo insuficiente.
Fuera de España, será difícil que los analistas económicos y los mercados financieros, entiendan que, una vez celebradas las elecciones, haya que esperar un mes más –el actual Ejecutivo lleva ya paralizado desde antes del verano– para que el nuevo Gobierno comience a tomar medidas.
En el PP no esperan que el proceso se vaya a adelantar más de unos días y se esfuerzan en pedir confianza a los mercados. Rajoy habló el lunes de un traspaso "modélico2 de poderes tras una conversación telefónica con Zapatero. Los dos líderes podrían celebrar un encuentro en Moncloa esta misma semana. De momento, Soraya Sáenz de Santamaría y el equipo designado por el PP para coordinar el traspaso de poderes ya han empezado a trabajar con el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui.