Uno de los resultados más llamativos de la jornada electoral de este domingo ha sido el descalabro socialista en Cataluña. Si la comunidad catalana venía siendo en los últimos años uno de los principales graneros de votos y escaños del PSOE en esta ocasión ha sido el escenario de su más dura e inesperada derrota.
El porcentaje final de voto para el PSOE ha sido un 26,63%, netamente por debajo del 28,73% que el partido ha logrado a nivel nacional, pero es que además la caída respecto a lo ocurrido en 2008 también ha sido mayor que en el resto de España: casi 19 puntos por los 15 que se ha desplomado en todo el país (una media que obviamente sería más baja de no ser por la propia Cataluña).
En votos el descalabro es todavía más importante y muy significativo: en 2008 el PSC liderado por Chacón obtuvo una espectacular cifra de 1.689.900 papeletas; ahora se ha quedado en 920.000. La hemorragia ha sido de más de un 45%.
Peor que Almunia
El resultado es netamente inferior a lo que sucedió incluso en el anterior batacazo socialista: la derrota de Almunia frente a Aznar en el año 2000. Y es que en aquella ocasión los socialistas catalanes no sólo lograron mantenerse como primera fuerza política en su comunidad, sino que tuvieron un 8% más de votos y, rozando el 35%, estuvieron por encima de la media nacional.
También en escaños el fracaso ha sido notorio: en aquella ocasión el PSOE obtuvo 17 diputados, mientras que el domingo se quedó en 14, aún a pesar de que en el conjunto de Cataluña se repartía un escaño más.
Pero si en cada caso tenemos en cuenta los resultados de las anteriores elecciones la diferencia es todavía más significativa: en 2000 paso de 19 a 17, es decir, perdía sólo dos; ahora ha pasado de 25 a 14, dejándose casi una docena en el camino (si bien con los resultados finales podría recuperar uno más en Gerona).
Las ciudades abandonan a Chacón.
Una de las claves de la magnitud del varapalo sufrido por Chacón ha sido el tremendo fracaso que ha cosechado en las ciudades, que hasta ahora eran su punto fuerte, frente a las zonas rurales que eran más proclives a votar por CiU.
Pero en esta ocasión una buena parte de las mayores ciudades catalanas han dado la espalda a los socialistas: mientras en 2008 logró ser el partido más votado en las 20 mayores ciudades de la comunidad en esta ocasión sólo lo ha sido en 11, perdiendo además en todas las capitales de provincia.
Esto incluye por supuesto Barcelona, donde tras el descalabro municipal el batacazo de las generales no ha sido menor: un exiguo 25,7% de los votos (frente a un 42,84% en 2008) y pasar de más de 350.000 a menos de 200.000, es decir, perder de tacada más de un 40% de tus votantes.
De primero a tercero
Más llamativo, si cabe, es el caso de la ciudad de Lérida, donde el desplome de los socialistas los lleva de la primera posición a ser terceros, por detrás no sólo del CiU sino también del PP.
Así, mientras que en 2008 lograron casi 26.000 votos y situarse por encima del 41%, en esta ocasión se han quedado casi en la mitad de votos, 13.700, y un pírrico 23,7% en porcentaje.
La situación es muy similar a la que se ha dado en Reus, la segunda ciudad más grande de Tarragona, en la que el PSOE fue, como en todas las demás, el partido más votado en 2008. Entonces superaron los 20.000 votos y rozaron el 43%. Sin embargo ahora, se ha quedado en poco más de 11.000 y en un pírrico 24,9% que les ha llevado a ser superados por CiU y, aunque por poco, por el PP.
Mal, incluso donde gana
Pero el resultado del PSC en las ciudades no se explica sólo por sus derrotas: sus victorias también han llegado, en la mayor parte de los casos, tras dejarse por el camino a cifras impresionantes de votantes.
Así, en Hospitalet de Llobregat (la segunda ciudad más poblada de Cataluña), por ejemplo, siguen siendo el partido más votado pero tras pasar de más del 57% de los votos a menos del 39%, dejándose 27.000 papeletas en el camino, un 40% del apoyo que tuvieron.
Es un esquema que se repite en otras ciudades en las que la caída de los socialistas se mide en porcentajes superiores a un 20%, como en la tercera ciudad de la comunidad, Badalona (pasan del 53 al 32); en Tarrasa, que es la cuarta (del 49 al 29); o en la quinta, Sabadell (del 50 al 31).
El panorama para el PSC es todavía más dramático si se tiene en cuenta que, habitualmente, las ciudades y su electorado, con un nivel más alto de formación y normalmente mejor acceso a la información, adelantan tendencias electorales que después se trasladan al total de la población.
Por otro lado, aunque es obvio que no toda la responsabilidad se la debacle se puede achacar a la ministra de Defensa en funciones, con estos resultados Carme Chacón tendrá bastante difícil presentarse como una alternativa creíble para liderar el PSOE en toda España.