Sólo quedan unas horas y el candidato socialista va a aprovecharlas hasta el último segundo. Alfredo Pérez Rubalcaba lleva una semana trabajando a fondo en su estrategia de cara al debate de mañana. Explican desde su equipo que ha habido dos fases. Una primera del lunes al jueves en la que ha estado realizando acopio de información y datos: “Ha pedido muchos papeles”. Desde Ferraz se elaboraron dos grupos de trabajo. El núcleo duro formado por Elena Valenciano, Antonio Hernando, Óscar López y el sociólogo Ignacio Varela. Y un segundo, principalmente económico, que ha constituído Valeriano Gómez, Inmaculada Rodríguez Piñero y Pedro Sánchez.
Rubalcaba se ha negado a hacer simulacros. Esos que tanto gustan a los asesores y que le llaman sparring: dos mesas enfrentadas en la que alguien desempeñe el rol de Rajoy: que le interrumpan, le provoquen... “Pero no ha querido”, dicen en su equipo.
La segunda fase comenzó el viernes. El día en el que Rubalcaba apenas tuvo actividad de campaña. Una fase en la que ha trabajado principalmente solo y en la que todavía se encuentra. Repasa datos, estrategias y elabora un mensaje de ataque, pero “no será agresivo”. Eso “queda absolutamente descartado” desde el PSOE. Pretende dejar en evidencia a un Rajoy “que sigue viviendo en la ambigüedad; que no se moja”. Espera que el líder del PP “muestre “su cara del último mes frente a la de los últimos siete años. El Rajoy que ha torpedeado la lucha antiterrorista, la paz en Euskadi y la confianza en nuestra economía: el mismo que pretendió que España fuese Grecia al negarse a apoyar los recortes en mayo de 2010”.
Le da más importancia a “explicar” su filosofía política con un mensaje que se entienda, lo cual no está reñido “con mensajes cortos, rápidos e incluso demagógicos”. Porque Rubalcaba sabe que el PP no tiene nada que ganar y mucho que perder y por eso intentará “que pase lo más rápido posible y no cometer errores”. En cambio, su oponente del PSOE intentará provocarlos.
A pesar de las dificultades, Rubalcaba “está tranquilo” y pretende un debate sobre el fondo. No quiere que las cuestiones de imagen, el continente, le resten importancia al contenido. De ahí la elección del look. “Será Alfredo”. Traje oscuro: gris o azul marino. Y el dilema viene con la corbata. Está, como todos los españoles “entre dos colores: rojo o azul”. Y no descartan sus asesores que sea incluso 'azul pepero': “Nunca se sabe”, bromean.
El candidato del PSOE trabajará hoy hasta tarde y mañana por la mañana, desde su casa en Majadahonda, perfilando los últimos detalles. Tiene prevista una comida con su equipo de campaña que no descartan desconvocar en función de cómo avancen las horas.
Objetivo: los indecisos
Lo que sí descartan tajantemente desde el equipo de campaña del candidato socialista es que este debate vaya a suponer un trasvase de votos de un partido al otro: “Quien diga eso es que no tiene ni idea”. Consideran que sólo se movilizarán los indecisos: esos “ocho millones de votantes mayoritariamente de izquierdas a quienes Rubalcaba quiere convencer “de que se decida por nosotros” a través de hacerles visualizar dos modelos: el de izquierdas frente al de derechas.
Los acompañantes
Por lo demás, el candidato a La Moncloa acudirá en coche al Palacio de Congresos de Ifema acompañado por su directora de campaña Elena Valenciano, quien, junto a Valeriano Gómez, Óscar López, José Enrique Serrano, Ignacio Varela y Carlos Hernández formará el grupo de seis asesores que podrá acompañar a cada uno de los contrincantes.
Seguimiento en Ferraz
Mientras, desde la calle Ferraz, 70, sede del PSOE, se establecerá un Comité de Seguimiento del debate formado por Antonio Hernando, Cristina Narbona y Rodolfo Irago. “Habrá ambiente” pues la sede estará abierta a los simpatizantes y militantes. Incluso el partido ha avisado a algunas agrupaciones para que acudan a participar.