Cuando el pasado 29 de julio José Luis Rodríguez Zapatero anunciaba el adelanto electoral para el 20 de noviembre, muchos augures apuntaban a una leve mejoría de los datos de desempleo en octubre como la última baza, comunicado de ETA aparte, con la que el PSOE podría minimizar el descalabro que vaticinan todos los sondeos. Conocida la Encuesta de Población Activa (EPA) a final de la semana pasada y los datos de paro registrado y afiliación hoy mismo, el castillo de naipes de los más optimistas asesores socialistas se ha desplumado de golpe. Sin embargo, lo que ni ellos ni prácticamente nadie podía vaticinar entonces es que a la maltrecha realidad económica la candidatura de Alfredo Pérez Rubalcaba debería sumar un caso de corrupción, la Operación Campeón, que pone en entredicho al número dos del Partido y hombre fuerte del Gobierno y el zapaterismo, José Blanco. Como si de una tormenta perfecta se tratase, ambos asuntos exponen toda su crudeza este jueves, a tres días del único debate que mantendrán los líderes de los dos grandes partidos.
Si la EPA hecha pública el pasado viernes era mala, con un aumento de 144.000 parados en el tercer trimestre, el registro de las oficinas del INEM dado a conocer este jueves no ha hecho sino confirmar el negativo escenario. El paro registrado aumenta en más de 130.000 personas en octubre, el peor de los últimos tres años, mientras que la Seguridad Social ha seguido desangrándose con 75.000 inscritos menos. Unas cifras que, como el mismo ministro de Trabajo Valeriano Gómez ha reconocido, retrotráen al inicio de la crisis hace tres años y alejan la recuperación de nuestra economía. O visto de otra manera: que desmienten el optimismo que hasta los últimos días ha mantenido el Ejecutivo socialista, empeñado en ahuyentar el fantasma de la recaída en la recesión.
Pero si la realidad económica ha caído como un mazazo a un PSOE que entre sollozos parecía poder rentabilizar el último comunidado de ETA -"La EPA sepultó a ETA" decía El País en su edición del pasado sábado- la evolución del caso Campeón puede suponer el auténtico rejón de muerte para las esperanzas socialistas. También a pocas horas de entrar oficalmente en campaña electoral, el Tribunal Supremo ha registrado un escrito de la juez de Lugo Estela San José dando cuenta de las acusaciones a José Blanco hechas por el empresario Jorge Dorribo, propietario de Laboratorios Nupel. El mismo al que el ministro de Fomento recibió en su coche en una gasolinera de Guitiriz previo pago de una mordida de 200.000 euros a su primo Manuel Bran, según ha informado esta semana el diario El Mundo. Dada la condición de aforado de Blanco, el escrito podría ser una exposición motivada para que el Alto Tribunal se haga cargo del caso. Traducido: que la juez San José considera que hay indicios de delito en la actuación del vicesecretario general del PSOE, pero que al ser éste diputado no es competente para juzgarle.
Cualquiera que tire de hemeroteca podrá recordar las exigencias que dirigentes socialistas, incluidos Blanco y Rubalcaba, hacían cuando sobre el entonces presidente valenciano, Francisco Camps, empezaba a llover el caso de los trajes. Y a buen seguro que el equipo de campaña de Mariano Rajoy ya está haciendo ese rastreo de cara al cara a cara del próximo lunes.