Desde su mismo título, Las buenas intenciones, el artículo de Joaquín Leguina que publica este martes La Gaceta revela precisamente lo contrario para con el programa electoral de Rubalcaba, que para el veterano socialista carece de mucha credibilidad: "Acercarse a un programa electoral es como viajar al País de las Maravillas pero sin Alicia, y el que ahora presenta el PSOE no es una excepción".
Destaca Leguina la repetición de términos como "sostenible" o "eficiente", que aparecen 56 y 78 veces, respectivamente, y señala que todas las propuestas están "teñidas de verde (ecológico) como los campos en la primavera".
Pero todas las propuestas se topan con "el principal problema con el que se enfrenta este programa" que es una sencilla pregunta: "Si ahora lo tienen tan claro, ¿por qué no lo hicieron antes?". Leguina argumenta que Rubalcaba se enfrenta a ella no tanto por haber sido miembro del Gobierno, ya que "fue ministro del Interior y lo ha hecho bien" sino porque "se ha rodeado de lo más granado del zapaterismo, comenzando por Blanco y siguiendo por Valenciano, Hernando, Álvarez y un largo etcétera".
Leguina analiza con cierto detalle algunos aspectos concretos del programa socialista, con evidente disgusto en todos los casos. Lo menos criticado son las propuestas fiscales, pero sí asegura que de haberse puesto en marcha después de las elecciones de 2008 "no nos hubiera pillado el toro en 2010".
Otros puntos que se llevan duras críticas son las propuestas en el plano de la política hidrológica: "Nada de embalses, que son franquistas. Un desastre"; o la energética y su apuesta por las energías renovables "mucho más caras que el petróleo".
Finalmente, Leguina señala no sin un evidente disgusto que "ecologistas, feministas y defensores de otras utopías parciales tienen aquí su acomodo", pero que aunque haya "regalos para todos" en el conjunto del programa no hay "ni una sola cuantificación y menos aún un discurso global y coherente".