Pese a que sólo los partidos nacionalistas y los más cercanos a ETA iban a acudir inicialmente a este encuentro, el PSE ha decidido recular en las últimas horas y asistir a la "Conferencia Internacional para promover la resolución del conflicto en el País Vasco", un acto organizado por Lokarri y otras asociaciones y colectivos que pretenden que el final del terrorismo de ETA sin vencedores ni vencidos.
Enmendado queda lo dicho desde principios de semana por algunos dirigentes del socialismo vasco y el no rotundo que sobre la posible asistencia del PSE al acto había dado a primera hora de la mañana el consejero vasco de Transportes, Iñaki Arriola.
El portavoz del PSE, José Antonio Pastor, fue el encargado de anunciar el cambio de opinión de los socialistas y que enviarán una representación cuyo integrante o integrantes todavía no se ha decidido. Según justificó en declaraciones a los medios de comunicación en los pasillos del Parlamento vasco, "independientemente de otras valoraciones, tenemos que estar en un lugar si puede contribuir a acercar la paz".
Quien también acudirá a este encuentro, aunque a título personal, según ha adelantado él mismo, será el presidente de los socialistas vascos, el hombre clave sobre el que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, hizo pivotar buena parte de la estrategia gubernamental durante el proceso de negociación entre ETA y el Ejecutivo.
Y es que Jesús Eguiguren no sólo fue el máximo representante del PSE en los encuentros que se mantuvieron en la hospedería del Santuario de Loyola, en la que socialistas vascos, PNV y Batasuna idearon un documento político que incluía un nuevo estatuto político común para País Vasco y Navarra y abrieron las puertas a un referéndum por la independencia, sino que también fue el hombre de confianza de Zapatero en los encuentros que una delegación del Ejecutivo mantuvo con ETA en la sede suiza de la ONG Henry Dunant, en la que los terroristas estuvieron representados, entre otros, por José Antonio Urruticoechea Josu Ternera.
La decisión de los socialistas ha sido fuertemente criticada desde el PP vasco. El presidente del PP alavés y cabeza de lista por este territorio para el Congreso de los Diputados, Alfonso Alonso, ha advertido de que la conferencia es "un paso atrás" en la defensa de las libertades y la democracia, ya que se trata de "un acto de propaganda de ETA".
"Seguramente será la enésima presentación de la alternativa KAS, autodeterminación y amnistía; es decir, las mismas recetas y el discurso de siempre de Batasuna y ETA", ha manifestado. Además, y en contra de los defensores de la tesis que plantea la necesidad de un final del terrorismo "sin vencedores ni vencidos", Alonso ha avisado de que el foro que se celebrará el lunes tendrá "un componente especialmente dañino".
Este componente, a su juicio, es "el intento de legitimar y reivindicar la historia criminal de ETA y, por tanto, también el intento de que aquellos que han asesinado casi a mil personas puedan salir ganadores del proceso". "Les tenemos que decir que no nos pueden pedir que olvidemos lo ocurrido, que no pueden pedir que no haya memoria y que no pueden pretender que en el centro de la conquista de la libertad, de la victoria de la democracia, no estén las víctimas del terrorismo", recoge Europa Press.
Poco después de conocerse el cambio de opinión socialista sobre la conferencia de paz de los mediadores se conocía también que los dos principales sindicatos no nacionalistas de la comunidad, CCOO y UGT, acudirán también al acto. En representación de UGT acudirá su secretario regional de Organización, Raúl Arza, mientras que los representantes de CCOO no han trascendido.
La conferencia tendrá lugar el próximo lunes en la Casa de Paz de San Sebastián. Allí estarán algunos de los mediadores internacionales que intentaron aumentar su supuesto prestigio profesional durante la primera parte del proceso de negociación entre el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y la banda terrorista, y estarán también otros nuevos facilitadores traídos para la ocasión. Como no podía ser de otro modo, uno de los nombres clave será con toda probabilidad el de Brian Currin.
El objetivo de la misma es impulsar "un avance significativo hacia el fin de la violencia", según dijeron a principios de esta semana sus impulsores. Es decir, que el grupo de mediadores de costumbre, bendecidos sólo por la banda terrorista y su brazo político, porque no lo ha hecho ningún gobierno democrático, inicie el proceso para avalar el supuesto alto el fuego de la organización terrorista –ETA les dio permiso en su último comunicado– y de este modo certificar que se dan las condiciones para que se inicie un nuevo proceso de negociación entre el Gobierno y ETA que ponga fin al terrorismo con una especie de empate técnico entre el Estado de Derecho y los terroristas.
El principal organizador, Lokarri, un colectivo cívico que surgió tras la disolución de Elkarri y la marcha del que fuera alma mater de esa organización durante más de veinte años, Jonan Fernández, para dirigir Batetik, el Centro de Estudios y Proyectos por la Paz que la Orden de los Franciscanos abrió a mediados del año 2006 en el guipuzcoano Santuario de Nuestra Señora de Aránzazu.
Este colectivo, favorable a un final del terrorismo sin vencedores ni vencidos, ha sido el que durante los dos últimos años ha servido de cicerone para que el mediador sudafricano Brian Currin pudiese allanar el camino que relanzase la negociación política entre el Gobierno Zapatero y los terroristas de ETA.