El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha procesado este miércoles por tercera vez a tres militares norteamericanos --el teniente coronel Philip de Camp, el capitán Philip Wolford y el sargento Thomas Gibson-- por un delito contra la comunidad internacional, en concurso con un delito de homicidio, por la muerte el 8 de abril de 2003 en Bagdad del cámara José Couso.
Pedraz llega a la conclusión, en un nuevo auto hecho público este miércoles recogido por Europa Press, de que el cámara murió como consecuencia de un plan norteamericano orquestado para evitar que los medios de comunicación informaran sobre la operación norteamericana desplegada en la capital iraquí. "Una de las misiones de la División a la que pertenecían los procesados era evitar que los medios de comunicación informaran sobre las operaciones militares en curso", dice el juez.
"Efectivamente se consiguió que no se informara" --añade el juez-- que recuerda que no existen imágenes de Bagdad en las horas siguientes a la ocupación. "Nadie pudo reflejar la toma de la ciudad hasta el día siguiente", agrega.
El auto asegura también que el tanque en el que se encontraban los tres militares y que realizó el disparo contra el Hotel Palestina que acabó con la vida de Couso "contaba con dispositivos de visión con los que se podía apreciarse con total claridad a las personas que se encontraban en las ventanas y balcones y los objetos que portaban".
Este hecho, comprobado por el magistrado in situ en un desplazamiento que realizó a Irak el pasado mes de enero y en el que se situó en el puente desde el que disparó el tanque, le lleva a descartar la coartada norteamericana que apuntaba a que el proyectil se activó al comprobar que en el hotel había "un ojeador o tirador", en defensa propia.
El auto explica que el carro de combate ocupado por los procesados se encontraba a unos 1.700 metros del hotel y a unos 300 de las sedes de las televisiones Al Yazira y Abu Dhabi. Así, en seguimiento del citado plan, la Tercera División, bombardeó en primer lugar las sedes de las cadenas árabes y a continuación "para completar su misión", disparó contra el 'Palestina'.
Dos nuevos imputados
El magistrado imputa, además, en este nuevo auto, a dos mandos norteamericanos y cursa una nueva comisión rogatoria a Estados Unidos para solicitar que se les interrogue. Explica que ignora qué autoridad dió la orden de disparar pero considera que ésta pudo ser transmitida por estas dos personas, el jefe del cuartel general y comandante de la Tercera División, Bufor Blount, y el jefe de la Segunda Brigada, David Perkins.
Solicita a los soldados estadounidenses procesados que presten fianza de un millón de euros en previsión de la posible responsabilidad civil a la que se enfrentarían en caso de resultar culpables del delito por el que se les acusa.
El auto realiza también una valoración general sobre la ocupación norteamericana de Irak y asegura que "no resultó lícita dado que ni existían armas de destrucción masiva ni el régimen iraquí protegía a terroristas o daba cobertura a miembros de Al Qaeda ni compró material nuclear a Niger".
Además, destaca que no era "lícito atacar o atemorizar a la población civil (periodistas) para conseguir el objetivo de la guerra".
En julio de 2010 Pedraz reabrió por segunda vez la causa por orden del Tribunal Supremo y ordenó la busca y captura de De Camp, Wolford y Gibson. Precisa que De Camp fue la persona que "dio la orden directa de disparar" contra el hotel Palestina a pesar de que sabía se encontraba en una zona civil y era ocupado por periodistas. Wolford, por su parte, transmitió la orden y Gibson fue "quien materialmente efectuó el disparo" que mató a Couso y otro reportero y provocó heridas graves a otros tres periodistas.