Ignacio Astarloa volverá a estar la próxima legislatura en el Congreso de los Diputados, al formar parte de los primeros puestos de la candidatura del Partido Popular por Madrid. Se resuelve así uno de los asuntos más espinosos de la confección de las listas, después de que el PP vasco rechazara que repitiera como cabeza de cartel por Vizcaya.
La decisión se toma después de la conversación que tenía pendiente con el líder del PP, tal y como avanzó en exclusiva este diario. Fue el propio Mariano Rajoy quien le pidió que no abandonara la primera línea de la política, al considerar que sigue siendo un "valor importantísimo" de la formación.
Su incursión en la lista de Madrid no supondrá ningún problema por parte de Esperanza Aguirre, más bien todo lo contrario. De hecho, el Gobierno regional mostró internamente su malestar porque Antonio Basagoiti hubiera buscado sustituto para Astarloa.
De facto, el PP madrileño se está convirtiendo en refugio de los dirigentes populares vascos de la era de María San Gil. Ya trabajan para la comunidad tanto Santiago Abascal -director de la Agencia de Protección de Datos- como Regina Otaola -directora de la Agencia para la reeducación del menor infractor-.
Oficialmente, el anuncio se producirá el próximo miércoles, cuando se reunirá el Comité Electoral Nacional, que preside Miguel Arias Cañete.
Las listas del PP vasco
Con esta maniobra política, Basagoiti tiene manos libres para la confección de sus listas. El sustituto con el que trabaja para Vizcaya es Carlos Olazábal, portavoz de la formación en las Juntas de la provincia y que en su día cargó contra la citada San Gil y Jaime Mayor Oreja. La número dos será la portavoz en Guecho, Marisa Arrúe.
Las candidaturas de las otras dos provincias vascas también están prácticamente cerradas; repetirá como cabeza de cartel por Álava Alfonso Alonso mientras que por Guipúzcoa el elegido sería Eugenio Azpiroz. La lista por el Senado la encabezará el histórico Ramón Rabanera.
Astarloa formó parte del Gobierno de José María Aznar primero como subsecretario de Justicia y posteriormente como secretario de Estado de Seguridad. En la primera legislatura de oposición de Mariano Rajoy, fue una de las voces más nítidas en la lucha contra el terrorismo desde su puesto como secretario ejecutivo de Libertades Públicas, Seguridad y Justicia. Letrado de las Cortes, tras el Congreso de Valencia renunció a los cargos orgánicos para centrarse en su labor en la Cámara Baja, que ha cumplido con notable expediente.
La última vez que el diputado tomó públicamente la palabra fue de la mano de Aznar en el campus de verano FAES, en el que hizo un demoledor diagnóstico en clave antiterrorista: "El final, según Zapatero y Rubalcaba, es que ETA tenga votos y bombas", afirmó, para poner el acento en el drama que supone la presencia de Bildu en las instituciones: "ETA no ha tenido nunca una mejor base de partida para presionar sobre los pasos siguientes, para imponer su modelo de país a velocidad de vértigo y para negociar con las pistolas encima de nuestras cabezas".