Este domingo se llevó a cabo un paripé en la firma del Acuerdo de Guernica, suscrito por el entorno proeatarra, los presos etarras y la izquierda independentista. El elegido del colectivo de reclusos de la banda para estampar su firma en representación era un emocionado Jon Agirre Agiriano.
Este etarra tiene en su curriculum el asesinato de José María Piris, un niño de 13 años al que asesinó en Azpeitia y a José Artero Quiles, un humilde marmolista al que mató en Escoriaza. Sin embargo, nunca ha pedido perdón por todo el mal que ha cometido ni por la muerte de estas dos personas, una de ellas menor de edad.
Pero allí estaba él ovacionado por los cientos de presentes en Guernica y entre los gritos de "vivan los presos vascos" y "viva el País Vasco libre". Pese a la supuesta "vía pacífica" que quieren vender que defienden, Agirre no aprovechó ese momento para pedir perdón a sus víctimas pese a la brutalidad de sus crímenes, tal y como informa El Mundo.
Este etarra salió de prisión el pasado mes de mayo tras cumplir 30 años de condena por los dos asesinatos. En su momento había sido condenado a 70 años. En marzo de 1980 el niño asesinado golpeó con su pie un paquete explosivo oculto en una bolsa de deporte que el etarra había colocado en los bajos del coche de un guardia civil y que, tras no explotar, quedó ahí abandonado.
En el acto de ayer había otra firmante en representación de los presos etarras. Era Gloria Rekalde, puesta en libertad en el año 2000 tras cumplir 19 años por dos asesinatos.